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En la Unión Europea ya se han encendido todas las alarmas, que proyecta una nueva recesión económica: deuda pública en tipos negativos, Alemania a punto de entrar en recesión y falta de inversión del sector privado
Todo se está conjugando en la economía mundial para que se desencadene una nueva crisis de proporciones colosales. Ahora lo único que falta de saber es cuándo.
En lo más cercano, esto es, la Eurozona, se alejan los tipos de interés artificialmente controlados a la baja y casi 20 países de la Unión Europea tienen los bonos a diez años con un interés por debajo de cero.
Inclusive bancos de los 28 países que conforman la Eurozona, en concreto el banco danés Jyske Bank, ha decidido dar hipotecas a un interés del 0, 5%.
El «modelo» japonés
La actual situación que se vive en las economías de los países que pertenecen a la OCDE, esto es, todos los de la Eurozona y también Estados Unidos están evolucionando hacia el «modelo» japonés.
Y hablar de «modelo» japonés es todo menos bueno ya que su economía lleva un cuarto de siglo empantanada y todas las medidas que se han tomado hasta ahora para que su economía «resucite» han sido en vano.
La situación de Japón es la de una «tormenta perfecta» que dura 25 años ya en una economía de las que fuera de las más pujantes del orbe durante décadas.
Japón tiene un bajo crecimiento y baja inflación, sumadas a una política monetaria con medidas expansivas, con bajos tipos de interés, y con un gobierno que compra a mansalva deuda pública, a falta de inversores privados que la adquieran.
Suma de factores
Mientras que dentro de la Unión Europea son Alemania e Italia los que «lideran» a recesión, en un entorno con tipos negativos.
Tanto es así, que un banco danés, de nombre Jyske Bank, ha desarrollado la estrategia comercial de otorgar hipotecas a sus clientes a un tipo negativo del 0, 5%, como modo de dinamizar su alicaído negocio bancario.
A pesar de todo lo que están haciendo los gobiernos nacionales y los organismos internacionales, como es el caso de Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y la OCDE, entre otros, la economía mundial corre el riesgo de japonizarse.
Posibles soluciones
Una de ellas, indican los «gurús» de las finanzas, pasaría por, dado que el motor de la inversión pública está «gripado», optar por que sea el sector público el que lidere las inversiones, un «clásico» cuando eso es así consiste en financiar obra pública e infraestructuras.
Además, existen problemas acuciantes en nuestro planeta que nunca van a gozar de la inversión privada, como son poner soluciones al cambio climático o la necesaria transición energética.
Otras posibles inversiones, a las que es renuente el sector privado, tienen que ver con las cada vez más acuciantes necesidades sociales producto de la falta de equidad en el reparto de la «tarta» económica.
Tipos de interés negativos
Aunque todo parecía indicar que el Banco Central Europeo elevaría los tipos de interés a finales de este verano del 2019 que toca a su fin, Mario Draghi ha tomado la decisión de mantenerlos artificialmente bajos, sin indicar fecha de cuándo subirán.
En estos momentos el tipo de depósito, es decir, el que el Banco Central Europeo cobra a las entidades bancarias por guardar su dinero, está en el 0, 40%, esto es, por cada 100 euros que las entidades financieras europeas dejan en la bóveda acorazada de Fráncfort, tienen que pagar 4 céntimos.
Además, la afectada no es solo la economía de la Unión Europea, sino que existen países, como es el caso de Dinamarca, a los cuales los tipos negativos de interés también les afectan, y mucho.
En el caso del país que lidera Mette Frederiksen, aunque no tiene como moneda el euro, se encuentra ligado al mecanismo europeo de tipos de cambio. Aquí se hace buena la frase de que cuando Europa se constipa, Dinamarca puede acabar con una pulmonía.
Y en esas circunstancias se debe de entender, como ya hemos citado anteriormente, que el danés Jyske Bank, ante el alicaído negocio bancario, ha tomado la decisión de vender hipotecas a diez años a un tipo fijo negativo del 0, 5%.
A pesar de lo «goloso» que es una hipoteca a tipos negativos, la realidad es, debido a los desembolsos de todo tipo que hay que realizar al formalizar la compra de un bien inmobiliario, los hipotecados tendrán que pagar dinero.
Bonos que no rentan
El desbarajuste económico, que anuncia una crisis de altura, está provocando fenómenos tan extraños, y contra toda lógica económica, por los cuales los bonos soberanos de los estados de la Eurozona están, también, en tipos negativos.
El desbarajuste económico, que anuncia una crisis de altura, está provocando fenómenos tan extraños por los cuales los bonos soberanos están en tipos negativos
Eso lo que significa es que los bonistas están teniendo que pagar por prestar su dinero a los Estados, algo raro de ver.
Para muestra un botón: el bono alemán a diez años ha salido al mercado de deuda pública con un interés negativo del 0, 60%, un comportamiento que se está extendiendo entre los países de norte de Europa.
A esos países se los denomina «acreedores» o «del norte», ya que son los países que han financiado el despegue económico de los países del sur de Europa, como Grecia, Portugal y también España.
Todos esos países, que son los que han financiado las sucesivas ampliaciones de la Unión Europea, están siguiendo, al menos en los tipos de su deuda pública, el mismo sendero que Alemania, esto es, cobrar a los bonistas que estos le presten su dinero.
El bono de referencia para calibrar la calidad de la deuda pública de un Estado – el bono a diez años – cotiza por debajo del 0, 2% en el caso de Malta, España y Portugal.
Paradójicamente, son los países «del sur», es decir, aquellos que se han aprovechado de los capitales de los países de norte de Europa para convertirse en países que «juegan en la primera división», los que pagan más por su deuda pública.
Para muestra un botón: el bono a diez años de Italia tiene un tipo de interés del 1, 40%, y el bono griego a diez años está por encima del 2%.
Reducir la deuda
Hay que buscar explicaciones alternativas a esta bajada del rendimiento de la deuda pública europea, ya que no es posible achacarla solo a las masivas compras de deuda pública que lleva desarrollando el BCE por más de diez años.
La explicación, al real, es que todos los Estados de la Unión Europea, han comenzado a reducir el porcentaje de la deuda pública en relación con su Producto Interior Bruto.
Y una buena manera, para incrementar el «apetito» bonista de los inversores privados, es bajar artificialmente los tipos de interés de la deuda pública, de manera que los inversores, a medio plazo, vean como la deuda que han comprado aumenta su valor y se puede vender logrando plusvalías.
Tipos bajos y recesión económica, ¿Cómo es posible?
El aserto del título se está produciendo, y son muchos los economistas que se preguntan cómo es posible semejante dislate.
Una de las posibles explicaciones es que el sector privado está recortando el gasto, ante la más que probable recesión económica que se avecina.
En una situación normal, sin grandes posibilidades de turbulencias económicas, las empresas estarían invirtiendo, además a buen ritmo, en mejorar sus mecanismos productivos, para que de ese modo su productividad genere más «utilidades» que el dinero que le deben a los bancos.
Debido a ello, y como las empresas no se endeudan, los bancos se ven con una inmensa cantidad de efectivo, cuya misión sería ser prestado en créditos de diverso tipo, por lo que prefieren tenerlo guardado en el BCE.
Al mismo tiempo, y viendo que los bancos no utilizan su liquidez para prestar dinero a particulares y empresas, el BCE hace tiempo que empezó a «cobrar» a los bancos por guardar su dinero en sus cámaras acorazadas.
Esos polvos trajeron estos lodos
Para algunos economistas, caso de Richard Koo, el economista jefe del banco de inversión Nomura, lo que estamos viviendo ahora no es sino la «resaca» de la «madre de todas las crisis» que vivimos en el 2008.
Los bajos tipos de interés y la cantidad colosal de deuda pública que está en manos del sector privado son las consecuencias lógicas de la debacle que se inició en hace poco más de diez años.
John Maynard Keynes al rescate
La respuesta de manual de economía para, al menos intentar solucionar la situación económica actual, sería la aplicación de medidas Keynesianas, y la más socorrida siempre ha sido aumentar la inversión pública.
Una inversión pública, que, en el caso de Europa, está bajo mínimos desde el 2012, pero habría que realizarla sin que ello afectase al gasto corriente de las administraciones, esto es, que no se recortase de otras partidas de inversión pública, como educación y sanidad.
El principal escollo que existe ante esa opción es que las necesidades de inversión pública en Europa son colosales, ya que no solo hay necesidad de mantenimiento y creación de infraestructuras.
A día de hoy, existen otras necesidades a las cuales tienen que hacer frente los estados que forman parte de la UE, como son la lucha contra el cambio climático o una transición energética que solvente el uso de combustibles fósiles.
Fuente - el diario / Mario Draghi en Wikipedia / Dinamarca en Wikipedia / Nomura Securities / John Maynard Keynes en Wikipedia