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La galería Helga de Alvear de Madrid inaugurará el próximo 23 de junio una exposición que mostrará los nuevos trabajos del artista alemán Frank Thiel (Berlín, 1966), un autor que, desde mediados de los años 90, ha documentado los cambios acaecidos en la ciudad de Berlín desde la caída del muro y que ha expuesto en algunos de los centros fotográficos más prestigiosos, como el Centre National de la Photographie de París, la Neue Nationalgalerie de Berlín, el Moderna Museet de Estocolmo o el Portland Art Museum de Estados Unidos.
Son las grandes operaciones urbanísticas que deberían haber cerrado las cicatrices de aquella división, nacidas también para instaurar un nuevo modelo de ciudad, las que se convierten en las verdaderas protagonistas de las fotografías de gran formato de Thiel, centrando su objetivo en temas y elementos más concretos y específicos como su serie sobre las fachadas o sobre los edificios en construcción. Al mismo tiempo, sus fotografías se van centrado en elementos cada vez más particulares, pasando del macro, de la visión total de la ciudad, al micro, al detalle. En este sentido, su última serie mostraba trozos de paredes desconchadas, jirones de pintura, fragmentos del muro.
Paso del tiempo
En sus nuevos trabajos, Thiel continúa esta exploración de la arquitectura como reflejo y paso del tiempo y de la memoria. El punto de partida son las cortinas que han quedado abandonadas en los antiguos edificios oficiales del Berlín Este, colgando durante más de 15 años. Por una parte, son los restos de la presencia de los que habitaron el lugar y por otra, un registro del paso del tiempo. Los estampados, reconocibles como propios de los años 60 y 70 de la industria textil de la Alemania del Este, se convierten en testigos de otra época. Son una reflexión sobre el paso del tiempo pero también sobre el tiempo pasado y su visión desde el presente, desde lo actual.
Su método de trabajo prescinde de lo literal al someter a los objetos a un proceso que lo aleja de lo realista: las cortinas no se fotografían en su lugar de origen sino que son trasladadas al estudio del artista. Allí se colocan de una forma muy determinada hasta que los estampados adoptan las formas deseadas por Thiel. De este modo enfatiza la visión de las cortinas como un dibujo abstracto y las dota de nuevas referencias al tiempo que las libera de la anécdota y de lo meramente narrativo y potencia lo universal. Sin embargo, las fotografías se realizan siempre frente a la luz natural para mantener la atmósfera original.
Madrid. Frank Thiel. Galería Helga de Alvear
Hasta el 31 de julio de 2009