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Unas 1.500 personas homenajearon este lunes a los 150 fallecidos en el accidente del avión de Germanwings, durante un funeral en la basílica de la Sagrada Familia de Barcelona al que asistieron los reyes Felipe y Letizia.
Decenas de familiares de los fallecidos y numerosas autoridades de varios países llenaron el templo del arquitecto modernista Antoni Gaudí para esta solemne ceremonia oficiada un mes después de que el avión se estrellara en los Alpes franceses, en su ruta entre Barcelona y la ciudad alemana de Düsselforf.
"La muerte violenta y repentina de nuestros queridos hermanos podría como paralizar la vida de quienes les aman muchísimo", dijo el arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach, animando a los familiares a tener "coraje para vivir".
Poco después de las 18h, mientras lloviznaba en la capital catalana, los reyes de España tomaron sus asientos a la izquierda del altar y dio comienzo la ceremonia fúnebre, oficiada según la liturgia católica.
Mientras el coro entonaba un canto religioso en cinco idiomas, alumnos de un instituto de la cercana localidad de Llinars del Vallès, donde hicieron un intercambio 16 adolescentes alemanes fallecidos, depositaban en las escaleras del altar 150 cirios blancos, uno por cada víctima de la tragedia que conmocionó a Europa.
Desde primera fila seguían el acto numerosas autoridades como el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, los presidentes del Congreso y el Senado, varios ministros, el presidente catalán, Artur Mas, y el alcalde de Barcelona, Xavier Trias.
El jefe de la Cancillería Federal Alemana, Peter Altmaier, representó a Berlín mientras que, por parte de Francia, donde se estrelló el avión, acudió el secretario de Estado de Asuntos Europeos, Harlem Desir.
El presidente y consejero delegado de Lufthansa, Carsten Spohr, y el director general de Germanwings, Thomas Winkelmann, acudieron al acto, así como miembros de los equipos que participaron en las tareas de rescate y apoyo psicológico.
Vestidos de luto en su gran mayoría, alrededor de 50 familias españolas de las víctimas asistieron al acto. Otra cincuentena de allegados llegaron desde Alemania, que la semana anterior rindió su homenaje con una misa ecuménica en la catedral de Colonia (oeste).
Aunque serenos durante gran parte de la ceremonia, muchos familiares no pudieron evitar las lágrimas al término de la emotiva ceremonia mientras recibían el pésame de los Reyes y las autoridades.
El Gran Teatro del Liceu de Barcelona también quiso rendir su homenaje con la interpretación de un canto después de la muerte en el avión de los cantantes Oleg Bryjak y Maria Radner que acababan de actuar en su escenario.
- Polémica religiosa -
Los días previos a la ceremonia se vieron empañados por la polémica por haber escogido una ceremonia confesional católica.
"De este funeral puede quedar (...) la incapacidad de la cúpula católica de ponerse al servicio de una sociedad que quiere expresar sus sentimientos sin tener que identificarse con ninguna confesión religiosa", dijo en un comunicado la asociación Iglesia Plural, que pide modernizar la Iglesia católica.
El arzobispado, que organizó la ceremonia, se defendió señalando que al final del acto tomarán la palabra los representantes de las religiones musulmana, judía y evangélica.
El representante judío, Jorge Burdman, en uno de los momentos más emotivos, animó a los asistentes a crear un mundo "de amor, justicia y solidaridad", mientras se le rompía la voz por la emoción.
El 24 de marzo, un Airbus A320 de la compañía alemana Germanwings procedente de Barcelona en dirección a Dusseldorf se estrelló en los Alpes franceses, dejando 150 muertos, entre ellos, 72 alemanes y 50 españoles.
Las primeras investigaciones apuntan a que el copiloto de la nave, Andreas Lubitz, con problemas psiquiátricos, la estrelló a propósito.