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El Gobierno autónomo catalán ha vuelto a dar, al amparo del muy dudoso Estatuto, una vuelta de tuerca más a la política de discriminación lingüística con respecto al español en la escuela
Hoy no es noticia que una buena porción de niños y adolescentes españoles vayan a sufrir a manos de un gobierno autonómico la legalización de una situación de facto que viene produciéndose hace ya alrededor de 30 años. Hasta ahora la ley reconocía el derecho de todos los niños catalanes de recibir su, por lo menos, primera educación en su lengua materna; semejante tropelía, tropelía por que más del 50% de las familias catalanas son castellano hablantes, era solucionada no incluyendo en la hoja de matrícula ninguna casilla que permitiese elegir el español como lengua vehicular en la enseñanza; ahora ya no hace falta seguir prevaricando, ya lo hace por ellos el Tribunal Constitucional, ese reducto de los partidos políticos para legalizar ilegalidades convenientes, sobre todo si convienen al nacinalismo catalán.
Hoy no es noticia que a los españoles se nos niegue la libertad de tránsito, o ¿es que llevaría a su hijo a un colegio dónde no pueda estudiar en su lengua, dónde los profesores son seleccionados en función de su afección al nacionalismo?, al que no era afecto ya lo expulsaron, haciéndole vacío o exigiéndole renuncias a las que no era posible ceder, o simplemente dándole un tiro en la pierna, matarlo no porque los nacionalistas catalanes son muy civilizados, tanto que los pistoleros o quizás sus adláteres son ahora respetables diputados.
Hoy no es noticia que la clase política española esté transformándose en sueca
Hoy no es noticia que la clase política española esté transformándose en sueca. Al Presidente del Gobierno de España la cosa no le parece grave, para él no existe ningún problema, claro como que el problema son él y su partido, o al menos el 50% del mismo, porque los dirigentes del PP actúan como los cortesanos aquéllos de Quevedo cuando algún conspicuo personaje de la Corte soltaba un pedo de esos que no suenan, ...otros disimulan y toman tabaco (rapé), igualico que Rajoy que de tanto disimular y tomar rapé me lo veo en Santa Pola aprendiendo el valenciano para no quedarse sin su plaza de registrador, ya que dentro de poco tampoco será noticia, que el sr. Camps, ese mediocre bien trajeado, haga lo mismo en la Comunidad Valenciana ya que emular la indecencia es lo que mejor se les da a este tipo de políticos autonómicos y culiparlantes tan abundantes en las filas populares... si no, al tiempo.