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Uruguay se ha convertido en uno de los principales países a nivel mundial que privilegian el uso de las energías renovables, de hecho al pasado 2019
Logró que el 98% de la energía utilizada en el país fuese renovable, lo que le ha permitido consolidarse como el país latinoamericano con mayor nivel de utilización de energías limpias, un logro realmente impresionante.
En los últimos 15 años esta país ha desarrollado una revolución energética, que ha permitido que el 98% de la energía que utiliza provenga de fuentes renovables, además el 99, 7% de los habitantes del país tienen acceso a la energía eléctrica y se espera que al final este 2020 la cobertura sea total, incluso Uruguay está en capacidad de vender energía limpia a países vecinos como Brasil y Argentina.
Los datos presentados por la empresa eléctrica del Uruguay UTE sobre la matriz energética del 2019 muestra las principales fuentes de obtención de energía; la fuente hidráulica continua siendo la más importante al generar un 55, 6%, la energía eólica ha mostrado un crecimiento impresionante y ya produce el 33, 6% de la energía total.
Mientras que otras fuentes como la biomasa, la fotovoltaica y la térmica produjeron 6%, 2, 8% y 2% respectivamente; un año que marcó además un récord en la generación de electricidad al lograr producir 14.000 Gwh, de los cuales se exportó a países vecinos el 21%, es decir cerca de 3.000 Gwh, algo realmente sorprendente si se considera el tamaño de Uruguay respecto a Brasil y Argentina.
Energía e inclusión social
En Uruguay se promueve una política energética sostenible que busca lograr incrementar la producción con métodos innovadores, respetuosos del medio ambiente y que permitan una distribución equitativa entre todos los sectores del país; la política energética busca la inclusión social, pero a la vez impulsa a los sectores productivos y se basa en el cuidado del medio ambiente como un pilar fundamental.
Para ello se han puesto en marcha programas y proyectos de eficiencia energética basados en las energías renovables, que potencian además la recuperación de residuos y desechos y la creación de una economía circular y de comunas energéticas que permitan a las comunidades tener incidencia sobre la producción y distribución de energías limpias.
Esto a permitido que la energía llegue a zonas rurales que tradicionalmente no tenían acceso a la red eléctrica nacional, a través de programas pilotos que permiten brindar soluciones a zonas muy aisladas, lo que ha permitido mejorar la calidad de vida de los uruguayos que viven en estas zonas.
Se ha incrementado también el apoyo a los sectores productivos para que puedan implementar medidas de eficiencia energética, lo que les permite utilizar de manera más eficiente la energía para mejorar los niveles de producción y disminuir los costos.
La revolución energética en marcha
Muchos países del planeta han venido dando pasos importantes para reducir la emisión de gases tóxicos y el uso de combustibles fósiles, promocionando el uso de la energías limpias y renovables, de hecho a nivel global se han alcanzado importantes acuerdos que marcan una tendencia muy positiva en función de promover fuentes de energía sustentables y amigables con el planeta.
En tan sólo 15 años Uruguay se ha puesto a la cabeza de esta iniciativa en América Latina, logrando una importante reducción de su huella de carbono, sin que ello haya significado un drástico aumento en los costos de la energía para las personas y empresas que son los principales consumidores; de hecho como hemos mencionado en párrafos anteriores las energías renovables proporcionan el 98% de la electricidad que se consume en el país.
Uno de los efectos de este fenómeno causado por las energías renovables es que los precios de la energía son más bajos que en años anteriores (con respecto a los índices de inflación), además se producen menos cortes, ya que al combinar diversas formas de producción de energía se pueda resistir con más facilidad los períodos de sequía.
Algo distinto ocurría a inicios del siglo XXI, era un fuerte producto de importación, ocupa el 27% del total de las importaciones de Uruguay, una tendencia que ha venido cambiando progresivamente, ahora los aerogeneradores ocupan un lugar importante en las importaciones y el crecimiento de la energía eólica ha mostrado niveles muy altos, logrando producir cerca de un tercio de la electricidad del país.
Otras energías se han ido sumando a la tradicional producción de energía hidráulica que sigue siendo la principal fuente de energía, la biomasa, la energía solar y la energía térmica se han venido consolidando como fuentes alternativas, lo que ha permitido que las energías renovables representen más del 55% de la combinación energética de Uruguay, incluyendo el combustible que se destina al transporte.
Una cifra realmente impresionante si se considera que el promedio mundial de combinación de energías se ubica cerca del 13%, estos logros ha permitido que Uruguay sea reconocido como uno de los países a nivel global que lidera el uso y la generación de energía ecológica, es decir renovable, limpia y cuidadosa del medio ambiente.
Una política energética nacido de una estrecha relación del sector público y el privado
Los especialistas en energías limpias explican que en Uruguay no se han creado fórmulas maravillosas o han ocurridos milagros tecnológicos; incluso no hay fuentes de energía nuclear y las fuentes de energía hidráulica son las mismas que hace más de dos décadas, la razón de su éxito ha sido otra han tomado las decisiones claves de forma clara manteniendo una relación estrecha en el sector público y el privado.
La base de esta relación es la política trazada por el Estado uruguayo, en cuya elaboración han participado todos los sectores sociales, y que busca construir un consenso para impulsar una política a largo plazo que permita privilegiar el uso de las energías renovables, para lograr el desarrollo económico del país en función de la sostenibilidad ambiental.
Para ello se han realizado importantes inversiones para producir energía a partir de generadores eólicos y paneles fotovoltaicos, que en muy pocos años han pasado a formar parte del paisaje de diversas regiones del país, impulsando un mercado amplio para la inversión privada, que es vital para que cualquier proyecto pueda ser exitoso. Esto ha permitido una importante inversión en el sector energético, especialmente en energías renovables.
Crecimiento de la generación de la energía eólica
La producción de energía eólica en Uruguay es un proceso de gran importancia que ha potenciado la generación de energías renovables; para lograr este avance se creó Programa de Energía Eólica en Uruguay (peeu) que posibilitó se fueran eliminando las barreras que incidían negativamente en el desarrollo de este sector.
Como parte del plan se inició la instalación de los generadores eólicos en algunas regiones del país, lo que permitió comprobar la viabilidad del proyecto, también se desarrolló un proceso de formación del talento humano necesario para poder acometer un proyecto de tal magnitud, esto permitió fundar las bases para un desarrollo programado y realista.
Que en un poco más de una década ha superado las expectativas iniciales, sumando iniciativas de inversión del sector privado que ha visto la rentabilidad del proyecto que ha demostrado que la producción de energía eólica no solo es viable desde el punto vista medioambiental, también puede ser económicamente rentable y convertirse en una importante fuente de generación de recursos.
Actualmente Uruguay es el cuarto país del mundo con mayor generación de energía eólica, detrás de los países europeos Dinamarca, Lituania y Luxemburgo, lo que indica que es el primer país del toda Latinoamérica en producción de este tipo de energía limpia, lo que le ha permitido convertirse en uno de los primeros referentes a nivel mundial de una industria que puede generar ganancias y cuidar el planeta.
Biomasa el poder del reciclaje
Una de las formas de producción de energía limpia más interesantes en Uruguay es la biomasa, ya que ha permitido utilizar de forma eficiente para generar energía eléctrica fuentes no tradicionales como desechos sólidos (industriales y urbanos), subproductos de producción agrícola como cáscaras de arroz y bagazo de caña de azúcar, así como desechos forestales y leña.
Hace menos de dos décadas la biomasa no tenía presencia como fuente generadora de energía en Uruguay, como ya mencionamos en 2019 produjo es 6% de la energía eléctrica del país, un salto que muestra la importancia de la iniciativa gubernamental para impulsar la creación de fuentes de energía alternativa que aprovechen productos que en muchos casos no tenían ningún tipo de uso a nivel productivo.
Esta Fuente de producción de energía ha sido aprovechada por el sector maderero para lograr utilizar una gran de desechos derivados de su producción, así como por la industria láctea que ha podido aprovechar también muchos de los residuos generados en sus procesos de producción, muchos de los proyectos asociados a la producción de energía a partir de biomasa se emplean para el autoconsumo de energía.
Lo que ha permitido que lugares que tradicionalmente no tenían acceso al servicio eléctrico puedan disponer actualmente de este servicio a partir de la autogeneración.
Por Raúl Vairo