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Quizás la palabra nos resulte familiar, pero para saber mejor su significado a lo mejor no sea tan necesario un diccionario como el hecho de observar a nuestro alrededor en esas cosas que nos suceden a diario a los argentinos
Cuando ves las cosas que suceden, y no es que vivas pegado al televisor, simplemente es la realidad que te pega de lleno, aunque todavía queda la opción de cerrar los ojos y negar lo que nos sucede como sociedad. Sin embargo si elegimos ver; nos damos cuenta que vivimos en una total indefensión desde hace décadas.
Aprenderemos de la forma más cruel y real el contenido de una frase que nos une a todos los habitantes de esta bendita tierra, sin mediar grieta, todos por igual; honestos y deshonestos, trabajadores y vagos, pobres y clase media, lo mismo que los de izquierda o los de la derecha. Absolutamente todos sufrimos la indefensión de los que gobiernan quienes solo se preocupan por sus asuntos personales y si podrán ganar o perder las futuras elecciones que únicamente les volverá a servir únicamente a ellos.
Indefensión de los ciudadanos que vivimos en medio de una balacera por manos de delincuentes quienes sin culpa alguna golpean o asesinan a mansalva lo mismo a una anciana, un niño o una mujer sin importarles lo más mínimo. Indefensión para los mismos delincuentes que siendo menores y sin conocer el valor de una herramienta de trabajo, ya le ponen una 9 mm en la mano para que aprendan a matar.
Indefensión de la pobre gente que usurpa un predio de tierra y viven como animales en carpas construidas con bolsas de residuos, chapas viejas o cartón, sin baño ni agua, prendiendo fuego con leña para calentar un poco de agua, indefensión de los propietarios que pierden su propiedad de manera irracional y brutal. Mientras el gobierno inaugura un debate en el senado para salvar su pellejo de la justicia.
Indefensión, esa es la palabra que los argentinos aprendemos a diario, solían llamarle democracia y parecía un estado de derecho al cual todos podíamos echar mano para vivir en libertad y en igualdad de oportunidades, porque la igualdad no significa que todos debemos poseer las mismas posesiones, sino que somos iguales ante la ley y los derechos así como de las responsabilidades.
Sin embargo algo nos pasó a los argentinos para que un grupo de delincuentes se apoderen del poder, saqueando las instituciones y se conviertan en un grupo de privilegiados ajenos a la ciudadanía, quienes solo gobiernan para ellos y sus amigos dejando a lo que llaman "el pueblo" en una total y defectuosa indefensión.
Carlos Polleé