Resulta conmovedor leer el ABC o Libertad digital, cuando hablan de ese "niño pícaro", con "delirios de grandeza", al que dedican escaso espacio y dan la mínima importancia, como si se tratara de una travesura infantil, a la que son ajenos su padres y sus mentores.

Lo de ABC, llega al paroxismo: "Cuando el fiscal pidió prisión, Nicolás se puso a llorar"… eso dicen que hizo, Enrique Mújica cuando Felipe González le comunicó su cese como ministro…y nadie publicó nada.

 Pero si leemos detenidamente las declaraciones de su abogado, antes de que se declarara secreto el sumario, tenemos otra lectura bien distinta.

"Cuando ha estado en actos públicos, incluso en la proclamación de Felipe VI, ha estado por supuesto como invitado". Nadie lo duda pero la Casa del Rey lo desmiente.

"Si iba con escolta, es porque se la pusieron, no porque se la inventara". El Ayuntamiento de Madrid ha sancionado a un funcionario, pero dice no saber nada del asunto.

"Nuestro cliente, jamás de hacía pasar por lo que no era".  "No ha suplantado la personalidad de ningún funcionario público". Nadie ha dicho que suplantara a alguien en concreto, él decía ser persona de confianza del Gobierno y del Partido en el Gobierno, tal como atestiguan las numerosas fotos en las que aparece con sus más altos representantes, que ahora dicen no conocerle de nada.

Se especula, con que el Pequeño Nicolás pidió dinero a Jordi Pujol, y en esa operación fue interceptado por los llamados "cecilios" de la Policía Nacional que investigan la trama catalana al margen del CNI, ver la suculenta información que facilita el digital Información Sensible, ver enlace.

El que espía ha de saber que es espiado

Esto no parece creíble, ya que los Pujol y sobretodo Jordi Pujol sabe y conoce de sobra las tripas del Estado, y nadie maneja más y mejores contactos que él.

De ser cierto, cosa que servidor duda mucho, alguien tiene sobrados motivos para estar nervioso o nerviosa, ya que el Pequeño Nicolás, a estas alturas parece ser un recadero con cabeza de turco… un a ver si pican, al que le han picado las avispas.

Deshacerse de este personaje es más barato que pringar a un cuadro del partido  y más fácil que usar pañuelos desechables.

Alguien tendrá que explicar cómo llegaron a manos del Pequeño Nicolás las grabaciones de un teléfono pichado a un empresario, si es que el empresario se atreve a declarar en el juzgado, o no se retracta de lo dicho, como se retractan todos los que posaron y compartieron mesa y mantel con  "el impostor".

Nada se sabe del filipino, que hacía las veces de guardaespaldas del muchacho, y que exhibía un arma en algunas ocasiones, según dicen algunos de los empresarios con los que negoció en el chalet de El Viso.

Menos se sabe de su relación con las dos constructoras que usaban el chalet en el que despachaba, las cuales se beneficiaron con una importante obra pública en  Madrid, sobre la que espera respuesta el grupo de Izquierda Unida.

Si observamos el organigrama de los servicios de inteligencia, que tiene su cabeza en Vicepresidencia del Gobierno… Soraya… Sayonara o alguien en la Policía Nacional no le creyó al Pequeño Nicolás, sus increíbles aventuras.

Mis colegas los espías, ya se sabe… espiar espían… a unos y a otros, para unos y para otros.