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Las llevaré con gusto a ese lugar
Las llevaré con gusto a ese lugar- le contestó el médico. -Desde allí podrán hablar con tranquilidad, aunque tengo entendido que las líneas están muy congestionadas-.
-Me imagino- contesto Ruth. En situaciones como ésta todo el mundo quiere saber que está pasando y generalmente congestionan de tal manera las líneas que, al final, ninguno puede obtener muy buenos resultados-.
-Me quedaré toda la tarde frente al teléfono si es necesario- replico Tati. –Aahora que se que tenemos tanto tiempo por delante, quiero saber si mis padres están dispuestos a ayudarme. Si deciden no venir, sabré perfectamente que no puedo esperar nada de ellos. Mi padre no tiene ninguna obligación de horario con su trabajo, así que puede venir sin inconvenientes. Sino lo hace, sabré que me he quedado realmente sola-.
-Tus padres vendrán en cuanto se enteren de la noticia-, le dijo cariñosamente Ruth. -Parece mentira. Es que no lo conoces? Tu madre siempre esta pensando en ti. Crees que porque hayan tenido un cambio de opiniones ha dejado de quererte? No tienes idea de lo que es el cariño de una madre. Podremos actuar irresponsablemente como lo hemos hecho nosotras dos, ante una situación que nos supere, pero no por eso perdemos el amor que sentimos por nuestros hijos.-
-Ojala sea como tu dices- dijo Tati con algunas lágrimas en los ojos. –Es que nunca esperé que ellos no me entendieran y eso sucedió. Y nos dijimos cosas horribles.-
-Lo se- dijo Ruth – nosotras también nos dijimos cosas horribles y no por eso he dejado de querer a tu madre. Estoy segura que a ella le pasa exactamente lo mismo conmigo-.
A esta altura de la conversación ya habían llegado a la zona de las cabinas telefónicas. Tati se despidió del médico agradeciéndole su tiempo y su interés y entró en una de ellas, mientras Ruth se dirigía al laboratorio para que le extrajeran sangre para los estudios de ADN. Apenas terminó, volvió donde estaba Tati
Habían pasado más de tres hora desde el momento en que comenzó a discar el teléfono de su amiga y lo único que había conseguido era escuchar el mismo mensaje: “lo sentimos mucho, las líneas están saturadas. Intente nuevamente en unos minutos”. Tati estaba empezando a fastidiarse, cuando por fin notó que el teléfono estaba llamado.
-Caitlyn?- dijo Tati.
-Tati? Eres tu?- le dijo su amiga dando un grito de alegría al escuchar su voz. –Te he estado llamando desde que me enteré de las noticias. Primero al hotel, luego al consulado y finalmente al hospital, pero siempre me decían que las líneas estaban saturadas. No sabes la alegría que me da escucharte. Estás bien?-
-Si……no…. Si….-gimoteaba Tati sin ponerse de acuerdo en su respuesta.
-Pero que te pasa? Estás herida? Tengo la sensación que estas llorando. Lo estás?- dijo su amiga con voz asustada.
-Si….no….si…..-volvió a repetir Tati, al tiempo que se largaba a llorar.
-Por favor Tati-le imploró su amiga- No me tengas en esta situación. Estoy a punto de entrar en una crisis de histeria. Que está pasando? Háblame por favor. Deja de decir monosílabos contradictorios-.
Tati intentaba hablarle a su amiga, pero la voz cortada por el llanto, no le permitía formar palabras inteligibles. Su amiga sólo oía sonidos incomprensibles y ya no sabía que hacer para ayudarla a calmarse y conseguir información.
-Por favor Tati estás herida? Qué te pasa?- El tono de su voz era cada vez más suplicante, pero a pesar de ello no lograba obtener la respuesta. La tensión se hacía cada vez, más insostenible.
Tati ante la imposibilidad de poder pronunciar una palabra, le pasó el teléfono a Ruth haciéndole señas que por favor le contara ella, lo que su voz se negaba a relatar.
-Hola- dijo Ruth. - No te conozco, soy Ruth la madre de Sebastián, Tati me ha pasado el teléfono porque ella está muy conmocionada y no consigue articular palabras. Ella esta bien.-No te preocupes. No ha recibido ninguna herida. Está perturbada por todo lo que ha pasado. El que no está bien es mi hijo-.
--Que le ha pasado a Sebastián?- dijo en un grito Caitlyn.
-Él….él…ha …….muerto-, respondió con un hilo de voz Ruth.
-Cómo? Qué me esta diciendo? Que está muerto?. -le respondió –Eso no puede ser cierto-.
-Pero lamentablemente lo es- dijo con tristeza Ruth, haciendo un esfuerzo para que el llanto no le impidiese hablar.- Fue alcanzado por una ametralladora en medio del pecho. Supongo que murió al instante, puesto que su rostro no muestra signos de dolor-.
-Dios mío no puedo creer lo que me esta diciendo- le respondió entre sollozos la amiga. – Tati estaba tan feliz este ultimo tiempo junto a él. Había cambiado tanto. Era una persona diferente. Y ahora…….ahora …..qué va a pasar ahora? Páseme con ella por favor y gracias por atenderme-.
Ruth le pasó el teléfono a Tati quien ya se encontraba algo mas calmada.- Hola- le dijo con voz tenue.
-Tati- le respondió su amiga llorando- no puedo creer lo que me ha contado tu suegra. Que sucedió?-.
-Ahora no puedo contarte- le dijo entre sollozos. Ya lo haré personalmente. Pero escúchame te llamaba no sólo para contarte lo que había sucedido, sino para pedirte que le contaras a mis padres todo esto.
-Ellos ya están por llegar a Turquía, si es que no han llegado ya. No se a que hora tomaron el avión ni cuanto tiempo se tarda en llegar, pero supongo que no faltará mucho-.
-Cómo que ya están viajando para acá?- respondió Tati asombrada. -Si ellos no sabían donde estaba yo?
-Perdóname –le dijo Caitlyn. Cuando ayer me levanté para ir a la universidad, escuché la noticia por la radio. Inmediatamente prendí el televisor y vi las imágenes. Dudé durante unos instantes si debía o no llamarlos. No sabía si tú querrías. Pero me dije a mi misma “al diablo con lo que está bien o está mal. Esto es algo muy grande y creo que yo tengo que avisarles que su hija está en el lugar de los hechos”, así que aún pensando que tu podrías enojarte, los llamé.
Me atendió tu madre que se estaba preparando para ir al hospital. Se puso a llorar desconsoladamente. Yo no sabía que hacer. Me arrepentí por un instante en haberla llamado. Cuando se repuso, me dijo que me agradecía que la hubiera puesto al tanto de todo. Me pidió todos los detalles del lugar y me dijo que se iba directo al aeropuerto a tomar el primer avión que hubiera para Estambul y que lo haría junto con tu padre-.
-Caitlyn, no sabes cuanto te agradezco lo que has hecho. No tienes idea lo que los necesito a los dos- le dijo siempre sollozante Tati. – Me tengo que quedar por lo menos una semana hasta que estén los resultados del ADN y nos entreguen el cuerpo de Sebastián.
Imagínate lo que significa para mi tenerlos cerca. Aunque estén enojados conmigo. Si han decidido venir a verme, es porque el enojo se les ha pasado. Vuelvo a decirte Gracias amiga. Tuviste la mejor idea de tu vida. Te llamaré mañana para ponerte al tanto del encuentro con mis padres-.
-Hasta mañana entonces- le respondió su amiga. –Eespero que tengas fuerzas para seguir adelante. Cómo te está tratando tu suegra?-.
-Como una madre- le respondió Tati. –Me ha pedido mil veces perdón, por todo lo que nos había hecho. Quiere estar a mi lado todo el tiempo. No sabes que bien me esta haciendo su compañía-.
- Cuánto me alegro1- le respondió Caitlyn. –El dolor muchas veces nos hace ver cosas, que en otras condiciones somos incapaces de entender. Hasta mañana entonces. Ahora me quedo mas tranquila sabiendo que tendrás compañía hasta que lleguen tus padres-.
-Hasta mañana Caitlyn. Te mando un beso- le respondió Tati.
-No te imaginas cuanto me gustaría estar a tu lado en estos momentos- le dijo su amiga. –Ofrecerte mi abrazo, mis palabras. Tu lo sabes verdad?-.
-Por supuesto que lo se. De hecho estás a mi lado, aunque tu presencia física esté tan lejos- le dijo con dulzura Tati. -Quédate tranquila porque así lo siento. Hasta mañana-.
Tati se sentía mas serena, después de haber tenido esa conversación con su amiga. El hecho que sus padres estuvieran viajando para estar a su lado, le había producido una inmensa alegría que, la ayuda y confortaba en el dolor. Ahora sabía que les importaba y que recibiría todo su apoyo cuando volviera a su casa.
Decidieron con Ruth ir a tomar algo a la cafetería del hospital. Ambas estaban en ayunas.
-No sabes el bien que me ha hecho saber que mis padres están viajando hacia aquí- le dijo a Ruth. – Realmente temía que jamás pudieran perdonarme por haberme opuesto a sus opiniones-.