Cientos de personas concurrieron este miércoles al lugar donde se estrelló hace 30 años un Boeing 747 de la compañía Japan Airlines (JAL), una catástrofe que costó la vida a 520 personas y constituye una de las peores tragedias aeronáuticas de la historia.

El 12 de agosto de 1985, a las 18H56 hora local, un Boeing 747 que hacía la ruta entre Tokio y Osaka, en el oeste de Japón, chocó contra las montañas de Gunma, unos 150 kilómetros al norte de Tokio, media hora después del despegue.

Este accidente fue la peor catástrofe aérea de la historia que ha involucrado a un solo aparato y sigue grabada en la memoria de los japoneses. Sólo 4 pasajeros sobrevivieron.

Durante el turbulento vuelo, con oscilaciones extremas, los pasajeros comprendieron que iban a morir y muchos de ellos escribieron en el primer papel que encontraron a mano sus últimas palabras.

El gobierno determinó en la investigación que la tragedia se debió a una reparación mal hecha siete años antes del siniestro de un tabique que separa la cabina presurizada de la parte trasera del avión.

La pieza se agrietó con el tiempo y generó una ruptura de los sistemas hidráulicos del sistema de control y del timón.

Todos los años las familias de las víctimas acuden al monte Osutuka para conmemorar el accidente. Según las imágenes de la televisión, algunos iniciaron la ascensión con velas y adornos florales funerarios.

"Cuando vengo aquí, tengo la sensación de que puedo verla, es como si estuviera frente a mí", dijo a la prensa local un hombre de 81 años que perdió a su hija en el accidente.

El presidente de JAL, Yoshiharu Ueki, tiene programado asistir a la ceremonia, ya que la empresa busca mantener en la memoria el accidente y que no se relajen las cuestiones de seguridad.

"Nunca vamos a poder olvidar" ese día, dijo a la cadena TV Asahi, visiblemente emocionado Satoshi Iizuka, un expolicía que fue el encargado de identificar los cuerpos del accidente.

El único accidente aeronáutico más mortífero que éste fue el choque entre dos aviones en las Islas Canarias en 1977, que dejó 538 muertos.