En medio de un calor de justicia, unos 40.000 madridistas aguantaron estoicamente las colas para entrar en el Santiago Bernabeú, que estaba engalanado para la ocasión. No podía faltar ni un detalle. Fotos de los jugadores que han sido buque insignia del Real Madrid a lo largo de su historia (Raúl, Di Estéfano, Juanito y Zidane), y las nueve copas ganadas por el club en la Champions League a lo largo de su historia en un lugar privilegiado, junto a un enorme escudo. Y todo para recibir a Kaká, uno de los dioses del olimpo que salvará al equipo blanco del nefasto capítulo que ha resultado ser el proyecto anterior al retorno del Florentino Pérez.

El presidente presentó con todos los honores a Ricardo Izecson dos Santos Leite (para los futboleros, Kaká). Y no era para menos. Por fin lograba el sueño que persiguió en su anterior etapa al frente del Real Madrid. Y el futbolista no defraudó. Sosteniendo la camiseta con el número 8 que lucirá en el equipo, pronunció el discurso breve y escueto que todos los seguidores esperaban como agua de mayo: "Hoy es un dia muy especial para mí, estoy muy feliz de que esta nueva etapa de mi carrera sea en el Real Madrid. Mi deseo es tener mi nombre en la historia de este club, con victorias y conquistas, Hala Madrid". Eso sirvió para que el crack hiciera explotar los ánimos de los seguidores en gritos de júblio y de esperanza.

Todo el espectáculo, digno de las estrellas del deporte en Estados Unidos, que todo eso lo hacen a lo grande, Kaká firmó junto a Florentino Pérez el contrato que le vinculará al Real Madrid para los próximos 6 años. Es el inicio de una nueva etapa para el Real Madrid. Los resultados se verán con el tiempo. Esperemos que se construya un equipo que esté a la altura del Barça de esta útlima temporada. Entonces sí que podremos presumir de tener la mejor liga profesional del mundo.