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A lo largo de los años, la persona puede llegar a experimentar diferentes crisis precisamente porque desea encontrar motivos que hagan que su vida merezca de verdad la pena
La vida es la mayor aventura a la que puede enfrentarse un ser humano desde que nace hasta que muere ya que el destino se va desvelando poco a poco al compás de la libertad, la ilusión, la esperanza y el agradecimiento.
El aprendizaje caracteriza la capacidad intelectual de todo hombre: el ser humano aprende a decir sus primeras palabras, a gatear, a caminar, a andar en bicicleta…
Enfrentamos nuevos retos en un afán continuado por superarnos a nosotros mismos e ir más allá de nuestros miedos que no siempre suponen una limitación.
El miedo en su justa medida es adecuado ya que nos hace ser prudentes ante determinadas circunstancias externas. Además, el temor surge ante el instinto de supervivencia humano: por ley natural, cualquier persona tiende a aquel bien que le agrada mientras que evita aquello que le produce dolor o sufrimiento.
Esta ley natural está en la base de la propia felicidad que persigue de forma inevitable el ser humano en su existencia terrena. La pregunta que el lector puede hacerse a sí mismo es si busca la felicidad en el lugar adecuado o en ocasiones se frustra porque está más pendiente de su mundo exterior que de su yo interno y de su actitud personal ante las circunstancias de fuera.
El ser humano está dotado de inteligencia y voluntad, es decir, a diferencia del animal el hombre conoce y razona por lo que tiene la capacidad de elegir entre aquello que quiere y aquello que no desea. Por esta razón, construir el propio itinerario vital en orden a la felicidad responde a la verdad más íntima de un ser humano que muestra aquello que le hace realmente auténtico.
La felicidad se encuentra en esa búsqueda interior y no en una meta concreta.
Conviene aprender a disfrutar del paisaje igual que sucede en cualquier viaje.
Un escritor no sólo se complace cuando finaliza un libro sino que también se felicita con cada página que culmina con éxito.
Por tanto, cada día es una nueva oportunidad que nos brinda el presente para disfrutar de la compañía de nuestros seres queridos, conocer nuevas personas, realizar nuestros deseos y cultivas nuestro tiempo de ocio. El futuro en tanto que todavía no existe es una mera hipótesis.
Por el contrario, el pasado simplemente muestra una entidad ideal que permanece viva en el recuerdo pero que de hecho como indica la propia palabra ya ha pasado. No pospongas tu felicidad en una espera continuada.
Vive ahora. Sé feliz ya. Disfruta y relájate: la vida es una obra de arte inacabada y tú eres el protagonista de tu propia historia. Por tanto, como afirmaba el Oráculo de Delfos en la antigua Grecia: “Conócete a ti mismo” porque tu verdadero tesoro está dentro de ti; en tu alma, en tu mente y en tu espíritu.