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La crispación ciudadana siempre llega impulsada por los políticos y los poderes fácticos
Isidro Suárez, Tipógrafo del Far West
Nos da igual que sean europeas que nacionales. En cada una de las elecciones generales, sin período de descanso, siempre asistimos a lo mismo: los líderes y lideritos -aunque por peyorativo siga resultando un disfemismo, también líderas y lideritas, como diría la Aído- de las grandes formaciones políticas vienen dando un ejemplo incívico muy deplorable cuando en sus mítines o ruedas de prensa televisadas nos exigen más que dan, y piden a todos los ciudadanos que cumplamos con el orden establecido como modo o regla observada para hacer las cosas de la casa común, pero menoscabando al contrincante político a base de descalificaciones entre unos u otros para calentar al "personal" que animará el patio de la crispación. Y picamos el anzuelo porque, siendo una cuestión cerebral, se adueñan de nuestra sesera animal. Es, ni más ni menos, una abducción más; en este caso, política; no religiosa, que también suele ocurrir. Ellos, los líderes e ideólogos, piensan por nosotros. Y así se las ponían a Felipe II y decía que era mentira ¿..?
Tales energúmenos políticos seguirán así hasta que los ciudadanos exijamos responsabilidades a través de las urnas por utilizar en las precampañas electorales su unívoco, inequívoco y despreciable método que busca enfrentarnos unos a otros para mantenernos en vilo: fomentar la crispación generalizada obviando gratuitamente que no todos pensamos igual, lo cual, mal que les pese, favorece que pueda haber alternancia en el poder evitando el bipartidismo, que es lo que más enriquece a la democracia, no un contunuismo a dos bandas. Pero, claro, lo que siempre persiguen los partidos políticos mayoritarios, PP y PSOE, es repartirse la tarta política sólo entre ellos ¿..?
Así lo cree este ‘ espermatozoide en fase formativa y evolutiva’ suscribiente que, como mero observador de tales animales sueltos, ve cómo nos la siguen endiñando como a pardillos para mantenernos a todos en vilo hasta conseguir un pensamiento unívoco que nos guíe a cada uno de nosotros hacia su corral. Todo es una cuestión de obnubilación y de abducción política. Así lo creen ellos.
Es la crispación que nos lleva a cada uno de nosotros a donde los políticos desean: a su corral. Allí nos adoctrinarán. Es la misma estrategia utilizada también por los narcisos seguidores de cualquier religión. Por eso y más, mucho más, para no deberse a nadie, este plumífero escribidor es ateo y apóstata. Soy dueño de mi libertad.
…nos la siguen endiñando como a pardillos para mantenernos a todos en vilo…
Pero lo escandaloso no sólo es eso: los micrófonos abiertos nos han descubierto en más de una ocasión que hasta los políticos de alto standing no creen ni en lo que dicen ellos mismos. Y los clérigos tampoco. Manda huevos con el coñazo de esa gente que entre todos hemos enriquecido y aupado al poder. Pero lo lamentable es que siempre caemos en la misma trampa que nos tienden todos ellos. Es una cuestión cerebral. O de lavado de cerebro que nos resistimos a reconocer. Y tememos al ridículo del reconocimiento de la verdad. Es lo que más duele ¿..?
¿Creen los políticos lo que nos dicen?; ¿..? Lean a continuación, es muy interesante, a ver si merecen nuestro crédito tales hipócritas: http://actualidad.es.msn.com/gazapos-politicos.aspx?cp-documentid=14744128
Es la crispación que nos lleva, impulsada por los políticos empecinados en que nuestros cerebros deben de funcionar como el de ellos; pero gregariamente, faltaría más. Pero eso, precisamente, es lo que nos hace pensar que unos y otros añoran el ruido de sables y las botas de media caña.