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Un ofidio doméstico, animal de compañía de Sho Lau un ciudadano de Taiwan, se ha vuelto fumador diario
Sho, nos cuenta que una tarde cuando estaba de coña marinera con su perro, dejó un cigarrillo encendido en el cenicero, así que la culebra, no sabemos si por celos o por seguirle la coña, se puso a fumar.
La culebra en cuestión tiene tres añitos, y desde que comenzó a fumar exige un cigarrillo por la mañana y otro por la noche, no se vayan a pensar que la cosa se quedó en anécdota, cuando le falta el tabaco, se pone de un humor de perros hasta que Lau satisface sus deseos y calma el vicio.
El vicio que engancha a los bichos: el tabaco
Lau que se fuma un paquete de cigarrillos diariamente, no sólo no se lamenta, sino que se alegra de que la culebra le haga compañía en la generación de humo doméstico.
Ya saben, los europeos, no dejen el tabaco al alcance de sus mascotas, que en Europa lo de fumar sale caro.