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Que cierren la tele y, ya puestos, el Ministerio de Cultura
Hay muchas maneras de cerrar una televisión pública.
La Griega va a pasar a la historia junto con la Alemana de 1942 como la que tuvo el cierre más radical de los nazis.
La televisión pública es tan prescindible para las políticas liberales que da miedo oirlas.
Hablan de ella con desprecio. No tienen en cuenta que junto con la prensa y la radio, la televisión ha sido uno de los grandes medios de educación de la sociedad.
Posiblemente el más democrático y el más efectivo. Ha permitido ayudar al aprendizaje de millones de ciudadanos.
Les ha aportado cultura, información y entretenimiento. Y todo esto para todos igual.
La televisión fue la gran herramienta educativa durante buena parte del sigloXX. Hoy el panorama ha cambiado porque han emergido nuevos medios.
La televisión sigue siendo el más universalmente aceptado, pero el papel educador y cultural prácticamente ha desaparecido; engullido por una oferta audiovisual donde proliferan los realitys y los concursos.
La medida del gobierno griego de bajar el telón a la televisión pública es significativa de lo que nos aguarda por estos lares.
De momento ha dado ejemplo a todos aquellos que no quieren saber nada del poder democratizador de una televisión pública independiente.
El caso griego va a pasar ahora a su argumentario como un ejemplo a imitar.
Yes una pena. No saben lo que dicen. Vale que la oferta privada televisiva actual podria sustituir sin dramatismo la desaparición de algunas televisiones públicas como RTVE y otras autonómicas.
Para empezar, porque hace mucho tiempo que ya comenzaron la tarea de su desprestigio cuando no podian imponer su manipulación.
Si cierran la televisión pública no tardáran mucho en hacer lo mismo con los ministerios de cultura.
Para abrir luego sucursales de su pensamiento liberal.
