Nos hubiera gustado citar literalmente a Denis Diderot en su ensayo sobre la vida de Séneca, el filósofo cordobés que fuera preceptor de Nerón, pero la capacidad de percibir la ironía no está al alcance de todos.

Y por si alguien no lo sabe, la obra de Diderot en cuestión, es una respuesta al injusto trato que recibió y sigue recibiendo Séneca por parte de algunos intelectuales e historiadores y en concreto fue la respuesta a sus diferencias con Jean-Jacques Rousseau.

Tal vez sea cierto que Nerón incendió Roma, para poder conmoverse y alcanzar el llanto, pero sólo derramó una lágrima que guardó en un vaso como testigo.

Pedro Sánchez en un acto heroico brindó la cabeza de  Tomás Gómez, pero el pueblo exige la de barones de mayor enjundia.

Se pudo entender, que para las reñidas elecciones, valían cojos y tuertos con tal de salvar posiciones, pero terminada la contienda, es hora de poner orden.

No se trata del sacrificio pedido por Dios a Abrahán, que éste aceptó sin rechistar, se trata de que este par de barones demuestren su varonía, sin esconderse tras las faldas de dama alguna.

Alcanzada la fama y el poder, con las prebendas que de ello se desprende, toca el gesto que hace a los humanos héroes ante el Olimpo.

Y no vale atarse al mástil, para protegerse de los cantos de las sirenas, no vaya a ser que las sirenas que se escuchen sean las de la benemérita.

La ternura no está reñida con la valentía, los cobardes, son los que no saben llorar

Dicho claramente y sin rodeos: Nadie cuestiona a los socialistas, a los socialistas se les pide que se desprendan del lastre de los imputados, de los sospechosos, de los citados a declarar o como se les quiera llamar.

Suelten lastre y desplieguen velas, que nuevos vientos comienzan a soplar y no es cosa que por un par de varones se pierda la baronía.

Porque los dichos barones son de dudosa varonía, a la hora de ser útiles a sus compañeros, falta camaradería y espíritu de sacrificio, ese que se dice tener para servir al pueblo y sacrificarse por él cuando más hace falta.

Váyanse para sus casas sus señorías, que ya aportaron en demasía, descansen plácidamente y dejen sitio para otros, que serán mejores o peores pero serán distintos.

Un gitanillo le decía a otro, "quillo, viene las votasiones, a ver si elegimo a uno que roben poquito, que esto roban mucho".

Séneca fue preceptor de Nerón, lo educó desde niño, acabó cortándose las venas, sintiéndose culpable.

Siglos de dignidad y coherencia nos separan.

Decía Demócrito: Si no soy el instrumento que corta, seré el instrumento que afila.

Pero claro, ya se sabe, eso es filosofía barata, como decía mi abuela.

@ordosgonzalo

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