Para muchos, Brasil es un país de playas paradisíacas, carnavales y famosas estrellas del fútbol. Apenas saben que detrás de esta imagen colorida y vivaz se esconde una penosa historia de persecución que comenzó 500 años atrás durante la colonización de Brasil y continúa hasta el día de hoy.

Cuando los primeros europeos llegaron a Brasil en el año 1500 este era el hogar de 10 millones de indígenas. Cinco siglos de asesinatos, torturas, enfermedades y explotación diezmaron su población y en la década de 1950 solo había 100.000 personas. La persecución continúa: en la actualidad cinco tribus congregan menos de cinco supervivientes cada una, y la más pequeña consta de tan solo uno.

Con Brasil acaparando todas las miradas en la antesala a la Copa del Mundo de la FIFA en 2014, Survival International lanza una campaña para destapar el lado oscuro de Brasil y recordar que muchas tribus, ahora extintas, sobre cuyas tierras se construyeron ciudades como Río y Manaus, han sido convenientemente borradas de la historia de Brasil. Survival también trabaja para sacar a la luz el origen de la recién amasada riqueza de Brasil: la desposesión en curso de los indígenas y el despojo de sus tierras para minas, presas, bases militares y otros proyectos industriales.

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