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Una persona se está jugando ir a prisión y parece que se encuentra en un circo dependiendo del juez que toque
Acabamos de enterarnos mi pareja y yo de la sentencia del juicio de violencia de género que lleva esperando cerca de dos años que se celebrase (se realizó el 19 de abril de 2011 y la denuncia se produjo el 8 de agosto de 2009).
Como cabía esperar, los jueces no han investigado y una vez más la sentencia es de culpable, como a tantos y tantos hombres les está sucediendo.
Asier G. se separó físicamente de su mujer Mª Teresa A. M. el 16 de marzo de 2009 por voluntad propia. En ese momento el hijo que tienen en común tenía 2 años y por mutuo acuerdo decidieron tener custodia compartida de un día cada uno hasta el 28 de julio, fecha en que Mª Teresa A. interpone la demanda de divorcio. Hasta aquí todo más o menos normal.
Cierto día en que Asier G. paseaba por la calle, se encuentra con la madre de su hijo, la citada Mª Teresa A. y dos familiares más, que literalmente arrastran al niño para que no se acerque a su padre (hay un video demostrativo que no se ha recogido como prueba). La madre del niño le dijo textualmente: “Te vamos a quitar al niño”. Esto tampoco se ha recogido como prueba.
Curiosamente, unos días después de esto, concretamente el 8 de agosto de 2009, recibe una carta del juzgado con una denuncia por malos tratos, pero no recientes, sino desde que se casaron en 2004 hasta el día en que se marchó él de casa .
. En la denuncia por divorcio, no consta absolutamente nada de esto.
Al encontrarse de vacaciones el abogado de Asier G., le defiende una abogada de oficio (Maite M. Q.), quien se aproxima a él 5 minutos antes de celebrarse el juicio rápido, únicamente para preguntarle si quiere una orden de alejamiento de su mujer. Como Asier G. desconoce el significado de todo esto, responde: “lo único que quiero es tenerla cuanto más lejos, mejor”.
Dicho y hecho. Le ponen una orden de alejamiento de 100 metros. Pero da la casualidad, de que el niño de ambos está matriculado en la misma ikastola en la que su madre trabaja como profesora, por lo queAsier G. no puede acceder al recinto a recoger personalmente al niño, entre otras cosas porque la madre tampoco facilita la relación entre padre e hijo, no le pone ropa de repuesto a pesar de que Asier G. entrega mensualmente una pensión de 350€ para su hijo, y además alega que su padre lo lleva sucio (no es cierto, le ha tenido que comprar ropa para no hacerle pasar a su hijo más vergüenza), no le da de comer y que se queda con ropa del niño (eso es cierto. Se ha quedado con una chaqueta que le llega la manga al codo y un pantalón que le llega por encima de los tobillos para que Mª Teresa A. no se lo vuelva a poner). Lógicamente, la madre del niño también intenta desprestigiar al progenitor en el entorno de éste, pero curiosamente no lo llama maltratador.
El juicio de violencia de género celebrado el pasado 19 de abril se basó en lo siguiente:
Testificaron por parte de Mª Teresa A. su prima Iosune A. que además es médico y cardióloga, que alegó que ella no le había visto a menudo (eso no es cierto, está con ella todos los días, porque su madre vive al lado de Mª Teresa A.) y que únicamente le había visto la mano totalmente amoratada y que estaba segura de que si la hubiera visto sin ropa tendría el cuerpo igualmente amoratado de los golpes (¿entonces por qué no denunció ella misma? Esto en sí mismo es punible, porque es médico y además pariente y por un lado está mintiendo para ayudar a su prima y por otro, si hubiera sido cierto, no denunció para ayudarla).
Otro testigo fue su primo Joseba A., que ha estudiado psicología y que declaró en el juicio ser enemigo declarado de Jon G. De hecho le denunció en varias ocasiones, pero salió absuelto. ¨Tampoco se ha tenido en cuenta en el juicio. Sin embargo, el que le llamó para intermediar en el matrimonio fue Asier G. ¿curioso, no?
Altos cargos del poder judicial comentan que las cárceles están cada vez más llenas de hombres falsamente denunciados por sus mujeres
También declaró un psiquiatra, amigo de Joseba A., otra casualidad, que declaró que ambos contendientes se insultaban mutuamente y que en dos consultas posteriores de Mª Teresa A. sola, le comentó que Asier G. le maltrataba asiduamente de palabra y de hecho. El le aconsejó que denunciara. Curiosamente esto no aparece en ninguno de los informes que presentaron de este psiquiatra tanto Asier G. como Mª Teresa A.
La médico forense en su declaración manifestó que el perfil de Mª Teresa A. no correspondía con el de una mujer maltratada y que era patente el hecho de que ambos litigantes eran completamente antagónicos el uno con el otro.
.Pues bien, en la sentencia no consta la declaración de la médico forense.
Jon K., amigo común del matrimonio, mantuvo varias conversaciones con Mª Teresa A., antes y después de la denuncia interpuesta. En una de esas conversaciones que se prolongó hasta las 3 de la madrugada, Mª Teresa le comentó a Jon K. que ella le había denunciado porque así le habían dicho que lo hiciera. Jon K. le preguntó si quería todavía a su marido y ella no le dijo que no. En ningún momento le dijo que Asier la hubiera maltratado......
Más "GRACIOSO" fue el momento en que se esperaba que subieran a declarar la médico forense, la psicóloga y el equipo psicosocial de los juzgados. Digo gracioso, porque la jueza, durante la espera y en pleno transcurso del juicio se reía a carcajadas junto con la secretaria judicial. Este hecho ya es en sí mismo una falta creo que como mínimo grave por parte de la jueza instructora del caso. Una persona se está jugando ir a prisión y parece que se encuentra en un circo dependiendo del juez que toque.
En la demanda de divorcio, Mª Teresa A. no declara nada sobre los supuestos malos tratos recibidos. Habla con Jon K., un amigo común del matrimonio y tampoco lo comenta, pero si le dice que ha actuado así porque así le han dicho que lo hiciera.
La hora de entrega del niño es a las 20, 00. Si el intermediario lo entrega 5 minutos más tarde, automáticamente Mª Teresa A. llama a la Ertzantza. No suelen recoger la denuncia, porque algún agente ha alegado que ya saben cómo son estas cosas y los abusos que hay.
Sin embargo, nadie mira por el bien del pequeño. Hay una madre, que además es profesora en una ikastola de niños de 2 hasta 14 años, que se ha inventado una historia que casi nadie cree, pero que ha conseguido que la propia Ikastola le apoye, la justicia también y sin embargo, hay un niño de 4 años que quiere estar con su padre y así lo ha manifestado ante el equipo psicosocial de los juzgados y no le hacen caso. Su madre no le pone ropa de repuesto, habla mal del padre del niño delante de la pareja de Asier G., de sus hijas de 5 y 9 años y de su propio hijo, con una sangre fría y una tranquilidad impresionantes, pone una denuncia por violencia de género falsa y sin pruebas de ningún tipo más que el testimonio de dos familiares suyos……….Y NO PASA ABSOLUTAMENTE NADA CON ELLA.
La sentencia para Asier G. ha sido condenatoria (aunque es cautelar): Año y medio de prisión, 60 días de trabajos sociales y pagar los 3/5 de las costas del juicio de Mª Teresa A. M. una mujer sin escrúpulos.