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Los errores son cíclicos y parece ser que somos tan brutos que no aprendemos ni a base de palos
Llevamos 31 años de democracia y ahora empezamos a darnos cuenta de los errores cometidos.
Lo malo es, que esos errores son cíclicos y parece ser que somos tan brutos que no aprendemos ni a base de palos.
Hagamos un balance de lo ocurrido.
Comenzamos con un gobierno llamado de centro, con un partido que se llamó UCD, que significaba Unión de Centro Democrático y que lideraba un señor llamado Adolfo Suárez.
Su pasado franquista alarmaba a los recién legalizados partidos de izquierdas y la transición se convirtió en una continua pelea por ocupar cada uno su puesto en la sociedad.
El "marrón" que se comió el señor Suárez fué de padre y muy señor mío, porque al legalizar al Partido Comunista las fuerzas de la derecha le excomulgaron "a perpetuam", mientras que las fuerzas de izquierdas ganaron mucho peso específico.
En éste escenario tan belicoso, fué capaz de hacer ver al pueblo español que si queríamos emprender un camino democrático nos teníamos que dejar de rencillas atrasadas y caducas y nos teníamos que poner a remar todos en la misma dirección.
Y a fé que lo consiguió, aunque al final se le pagó con mierda y un Ducado, es decir, más mierda.
Después llegó el PSOE con sus chaquetas de pana con coderas y un Felipe González iluminado por su "Pepito Grillo" particular, el inefable Alfonso Guerra.
Su odio visceral hacia el capitalismo Yanqui y su "NO a la OTAN" les hicieron ganar las elecciones, pero al llegar al púlpito se dieron cuenta de la incongruencia de su mensaje y tuvieron que dar marcha atrás y nos metieron en la OTAN por decreto y sin la famosa consulta popular que habían pregonado.
La corrupción llegó a niveles extremos, desconocidos incluso en tiempos del franquismo y tras miles de casos que llegaron incluso a destapar que el hermano de Alfonso Guerra tenía un despacho en la Junta de Andalucía para hacer "favores pagados", el pueblo, desencantado, acabó votando a la derecha.
Para llegar a éste extremo tuvimos que esperar 14 años y sufrir innumerables vejaciones contra la lógica y la razón, como fué el caso Rumasa, o aquella otra por la cual un obrero que fuera al paro podía pedir que le dieran todo el dinero junto y así poder crear su propia empresa.
Esa completa estupidez social y económica todavía la estamos sufriendo, porque lo que ocurrió fué lo siguiente:
El obrero se iba de la empresa, creaba una nueva empresa y se ponía a hacer la competencia a su anterior patrón, bajando los precios y dinamitando el mercado.
Por supuesto, las grandes empresas, encantadas, porque ahora podían tener los mismos trabajos a menor precio.
El 80% de esos "nuevos empresarios" que habían salido del dinero del paro se fueron a la ruina, porque como ya dije otras veces, ser empresario es un oficio, lo mismo que ser albañil y de la misma forma que no hay tantos buenos albañiles, no hay tantos buenos empresarios y los unos sin los otros, no sirven de nada.
Ahora estamos recogiendo los lodos que produjeron aquellas lluvias y que se han estado manteniendo a base de perder dinero y con la burbuja de la construcción.
Pero sigamos con la Historia.
Tras el fiasco del PSOE, la derecha llegó al poder, con un discurso salvador apoyado en la "Gran cagada" que había supuesto el ver que de socialismo, nada, sino que la corrupción era cosa de todos y que el dinero y el poder corrompe hasta al más pintado.
Llegó Aznar y se encontró con las arcas vacías, pero encontró una rápida solución:
Vender las empresas del Estado para hacer caja.
Telefónica era una empresa boyante, porque al ser un monopolio ya sería la hostia que no ganara dinero. Los españoles pagábamos las infraestructuras y luego pagábamos por usarlas. Un chollo, vamos.
También vendió Iberia, otro monopolio igual al anterior y otro chollo para posibles compradores. Se privatizó Tabacalera, otro monopolio, lo mismo que Endesa. Privatizó los aeropuertos creando Aldeasa... etcétera, etcétera.
Lo curioso del caso fué que todas esas empresas que llenaban las arcas del Estado, fueron a parar a manos de amigos de Jose Mari.
Aún así, tuvieron la suerte de pillar la época de "vacas gordas" y tras subirse al carro, hicieron grandes fortunas ellos y sus amiguetes.
Los famosos "Albertos" y otros de la misma cuerda, hicieron grandes "negocios" al soslayo del PP.
Y entonces llegó el cataclismo. El PP perdió unas elecciones que ellos creían ganadas de calle y a los españoles nos tocó la lotería: Zapatero.
El Secretario General del PSOE recién elegido por un exiguo margen en detrimento de Pepe Bono, se encontró de repente sentado en un sillón que le resultaba grande y extraño.
Como los peperos no pensaban que iban a perder, no pudieron vaciar las arcas del Estado y le dejaron a ZP las cuentas saneadas que tenían preparadas para ellos mismos.
Pero ya se encargaría Zapatero de que eso no quedara así.
La política económica del actual Presidente ha sido tan nefasta que tras dilapidar todo lo que teníamos, ha conseguido, (no sin esfuerzo), que tengamos el mayor déficit de la Historia de España. Ni en tiempos de los Reyes Católicos, con guerras contra los moros y un continente entero por descubrir, estuvo España tan mal.
Volvió a ganar unas segundas elecciones, bajo la premisa electoral de que estábamos en la Champions del mundo-mundial en cuanto a Economía y afirmando a diestro y siniestro que no existía ninguna crisis económica mundial, pero que si así fuera, España estaba preparada para asumirla y superarla mejor que cualquier otro país.
Creó Ministerios estúpidos. Se rodeó de asesores inútiles a los que no hizo caso. Insultó a los americanos en su cara al negar el saludo a su estandarte nacional y después perdió el culo para ir a fotografiarse con Obama. Patético.
Ahora tenemos más de 4 millones de parados, pero eso no es lo peor. No.
Resulta que de los que tienen trabajo, el 40% son funcionarios de la Administración o de las Autonomías. Y eso es alarmante.
Pues bien, en las próximas elecciones ganará el PP, porque no queda otra y el PSOE tendrá que volver a otra época oscura y como tampoco son los peperos nada del otro jueves, al encontrar la caja vacía tendrán que buscar recursos.
¿Qué nos queda por vender?; me imagino que poco, pero de lo que estoy convencido es de que tanto unos como otros, seguirán cobrando sueldos de ejecutivo de alto standing y dietas cuantiosas.
Pero eso sí, nuestro país seguirá dividido entre PSOE y PP y seguiremos yendo a votar un 40% de los españolitos, que curiosamente es el mismo porcentaje de funcionarios trabajando para las administraciones.
Y es que ya lo dijo el filósofo: "cada cual tiene lo que se merece".
Pues nosotros estamos haciendo merecimientos para volver a la peseta, al 600, la tortilla de patata y los filetes empanados en tartera.
Que nos aproveche.