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El lenguaje sirve para expresar los conceptos. Manipulando el lenguaje se consigue tergiversar los conceptos o dejarlos vacíos de contenido. El relativismo que impera en el Nuevo Orden Mundial se encarga de adoctrinarnos en un "pensamiento único" absolutamente plano, cuando no deforme
Estoy cansado de oir estos días que la Iglesia "considera", o "califica", la píldora del día después como abortiva.
¿Qué pensaríamos de que el locutor de un informativo dijera que alguien, persona o colectivo, considera un balón como esférico? ¿O que califica una pistola como arma de fuego?
Señores, una determinada sustancia es abortiva o no lo es, no puede "considerarse" o "calificarse" como tal. Si termina con el desarrollo del embrión humano, es abortiva. Si no, no. Hay que examinar el efecto en el organismo de la famosa píldora. Se observa, entonces, que, si se ha producido la concepción, es decir, el espermatozoide ya ha fecundado el óvulo, el levonorgestrel se encarga de eliminar el nuevo embrión impidiendo su implantación en el útero. Es decir, tiene un efecto claramente abortivo.
¿Por qué se niega? ¿Por qué se dice, de quien describe una realidad, que la "considera" tal o que la "califica" como cual?
Lo peor de todo, el lenguaje está lleno de perversos giros y eufemismos como éste que se generalizan y aceptan tranquilamente. Que es precisamente lo que buscan quienes comienzan a difundirlos. Hasta que las palabras significan lo que ellos quieren, o ya no significan nada en absoluto.