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Al poco tiempo, se nos fue Celestino, Asdrúbal y ahora tú
Fuente Literaria, poesías románticas El mar celoso y la luna fiel
Traté de que fueses mi esposa, aquel día magro, tu abuela me tomo de la mano y abrazo. Disloque y dije voces al viento y, Grité
Luego, todo fue un silenció, solo escucho las palabras que tu hermano te dijo para que te alejaras.
Mis heridas se cerraron y camine con mi Dios, pasos sobre mi tierra y tus manos siempre cubrieron. mis sueños, hasta el Cerro Azul.
Al poco tiempo, se nos fue Celestino, Asdrúbal y ahora tú. La Tía Esther, Luisa y Elí. Ángel y Taís, la madre de mis hijos. Golpes fuertes y el odio de mis hermanos.
Ya, todo es solo un recuerdo triste, pero, sobre tí, María, escribí y escribo mi vida, ya la tristeza huele a Jazmines. Mi corazón es caricias a tu alma.
Canto al amor y te abrazo.
Mi niñez en Puerto Cabello, donde nací, creció Junto al mar, el malecón, los columpios, la familia. Albertina, cuando subía al apartamento, Me daba un trigo maduro. Mientras mamá en el viejo Mercado.
Corre, corre, el tiempo se escurre en el agua, Abrígate en el castillo, sobre tu cama de cristal, donde estarás en el estado eterno, y te extrañare por Siempre, María. Volé, los tiempos junto a la gaviota de Caliyuri en Tandil, que voló la cordillera para ver Las flores de tu jardín
Cruzan las miradas al mar, eres del Cerro Azul. Divago y desangro en mi cocollar, , María, la niña de muchas almas que te quieren y aman. Emiro Vera Suárez. julio 2017
Fuente Literaria, poesías románticas El mar celoso y la luna fiel
Traté de que fueses mi esposa, aquel día magro, tu abuela me tomo de la mano y abrazo. Disloque y dije voces al viento y, Grité
Luego, todo fue un silenció, solo escucho las palabras que tu hermano te dijo para que te alejaras.
Mis heridas se cerraron y camine con mi Dios, pasos sobre mi tierra y tus manos siempre cubrieron. mis sueños, hasta el Cerro Azul.
Al poco tiempo, se nos fue Celestino, Asdrúbal y ahora tú. La Tía Esther, Luisa y Elí. Ángel y Taís, la madre de mis hijos. Golpes fuertes y el odio de mis hermanos.
Ya, todo es solo un recuerdo triste, pero, sobre tí, María, escribí y escribo mi vida, ya la tristeza huele a Jazmines. Mi corazón es caricias a tu alma.
Canto al amor y te abrazo.
Mi niñez en Puerto Cabello, donde nací, creció Junto al mar, el malecón, los columpios, la familia. Albertina, cuando subía al apartamento, Me daba un trigo maduro. Mientras mamá en el viejo Mercado.
Corre, corre, el tiempo se escurre en el agua, Abrígate en el castillo, sobre tu cama de cristal, donde estarás en el estado eterno, y te extrañare por Siempre, María. Volé, los tiempos junto a la gaviota de Caliyuri en Tandil, que voló la cordillera para ver Las flores de tu jardín
Cruzan las miradas al mar, eres del Cerro Azul. Divago y desangro en mi cocollar, , María, la niña de muchas almas que te quieren y aman. Emiro Vera Suárez. julio 2017
Fuente Literaria, poesías románticas El mar celoso y la luna fiel
Traté de que fueses mi esposa, aquel día magro, tu abuela me tomo de la mano y abrazo. Disloque y dije voces al viento y, Grité
Luego, todo fue un silenció, solo escucho las palabras que tu hermano te dijo para que te alejaras.
Mis heridas se cerraron y camine con mi Dios, pasos sobre mi tierra y tus manos siempre cubrieron. mis sueños, hasta el Cerro Azul.
Al poco tiempo, se nos fue Celestino, Asdrúbal y ahora tú. La Tía Esther, Luisa y Elí. Ángel y Taís, la madre de mis hijos. Golpes fuertes y el odio de mis hermanos.
Mi niñez en Puerto Cabello, donde nací, creció Junto al mar, el malecón, los columpios, la familia
Ya, todo es solo un recuerdo triste, pero, sobre tí, María, escribí y escribo mi vida, ya la tristeza huele a Jazmines. Mi corazón es caricias a tu alma.
Canto al amor y te abrazo.
Mi niñez en Puerto Cabello, donde nací, creció Junto al mar, el malecón, los columpios, la familia. Albertina, cuando subía al apartamento, Me daba un trigo maduro. Mientras mamá en el viejo Mercado.
Corre, corre, el tiempo se escurre en el agua, Abrígate en el castillo, sobre tu cama de cristal, donde estarás en el estado eterno, y te extrañare por Siempre, María. Volé, los tiempos junto a la gaviota de Caliyuri en Tandil, que voló la cordillera para ver Las flores de tu jardín
Cruzan las miradas al mar, eres del Cerro Azul. Divago y desangro en mi cocollar, , María, la niña de muchas almas que te quieren y aman. Emiro Vera Suárez. julio 2017
Fuente Literaria, poesías románticas
El mar celoso y la luna fiel
Traté de que fueses mi esposa, aquel día magro, tu abuela me tomo de la mano y abrazo. Disloque y dije voces al viento y, Grité
Luego, todo fue un silenció, solo escucho las palabras que tu hermano te dijo para que te alejaras.
Mis heridas se cerraron y camine con mi Dios, pasos sobre mi tierra y tus manos siempre cubrieron. mis sueños, hasta el Cerro Azul.
Al poco tiempo, se nos fue Celestino, Asdrúbal y ahora tú. La Tía Esther, Luisa y Elí. Ángel y Taís, la madre de mis hijos. Golpes fuertes y el odio de mis hermanos.
Ya, todo es solo un recuerdo triste, pero, sobre tí, María, escribí y escribo mi vida, ya la tristeza huele a Jazmines. Mi corazón es caricias a tu alma.
Canto al amor y te abrazo.
Mi niñez en Puerto Cabello, donde nací, creció Junto al mar, el malecón, los columpios, la familia. Albertina, cuando subía al apartamento, Me daba un trigo maduro. Mientras mamá en el viejo Mercado.
Corre, corre, el tiempo se escurre en el agua, Abrígate en el castillo, sobre tu cama de cristal, donde estarás en el estado eterno, y te extrañare por Siempre, María. Volé, los tiempos junto a la gaviota de Caliyuri en Tandil, que voló la cordillera para ver Las flores de tu jardín
Cruzan las miradas al mar, eres del Cerro Azul. Divago y desangro en mi cocollar, , María, la niña de muchas almas que te quieren y aman. Emiro Vera Suárez. julio 2017
Fuente Literaria, poesías románticas El mar celoso y la luna fiel
Traté de que fueses mi esposa, aquel día magro, tu abuela me tomo de la mano y abrazo. Disloque y dije voces al viento y, Grité
Luego, todo fue un silenció, solo escucho las palabras que tu hermano te dijo para que te alejaras.
Mis heridas se cerraron y camine con mi Dios, pasos sobre mi tierra y tus manos siempre cubrieron. mis sueños, hasta el Cerro Azul.
Al poco tiempo, se nos fue Celestino, Asdrúbal y ahora tú. La Tía Esther, Luisa y Elí. Ángel y Taís, la madre de mis hijos. Golpes fuertes y el odio de mis hermanos.
Ya, todo es solo un recuerdo triste, pero, sobre tí, María, escribí y escribo mi vida, ya la tristeza huele a Jazmines. Mi corazón es caricias a tu alma.
Canto al amor y te abrazo.
Mi niñez en Puerto Cabello, donde nací, creció Junto al mar, el malecón, los columpios, la familia. Albertina, cuando subía al apartamento, Me daba un trigo maduro. Mientras mamá en el viejo Mercado.
Corre, corre, el tiempo se escurre en el agua, Abrígate en el castillo, sobre tu cama de cristal, donde estarás en el estado eterno, y te extrañare por Siempre, María. Volé, los tiempos junto a la gaviota de Caliyuri en Tandil, que voló la cordillera para ver Las flores de tu jardín
Ya, todo es solo un recuerdo triste, pero, sobre tí, María, escribí y escribo mi vida
Cruzan las miradas al mar, eres del Cerro Azul. Divago y desangro en mi cocollar, , María, la niña de muchas almas que te quieren y aman. Emiro Vera Suárez. julio 2017