Con sus espectaculares ojos claros se presentó en Fortanete. Joaquina es una mujer ruda, valiente y, como se suele decir, muy echada para adelante. A pocas cosas les tiene miedo. Quizá a la soledad y por eso se presentó en pleno corazón del Maestrazgo con su coche. Tiene setenta años y llegó en busca de lo que prometieron desde el pueblo: un fin de semana de fiesta con derecho a conocer a algún hombre bueno para empezar una amistad y «lo que surja». Reside en Alcañiz y llegó a Fortanete porque se iba a celebrar la 'Primera Fiesta de Solteros de la Comarca del Maestrazgo', una fiesta para la que habían confirmado su asistencia unas veinte féminas de diferentes puntos de la geografía como Tarazona, Zaragoza y el Bajo Aragón. Lo cierto es que sí que asistieron algunas de estas mujeres. Los vecinos afirman que las vieron en la tarde del sábado tomando el primer contacto con el pueblo y sus gentes. También es cierto que ninguna se animó a quedarse a la fiesta de la noche por diferentes motivos. Los actos programados se suspendieron y sólo Joaquina se quedó en Fortanete. «He venido hasta aquí y han insistido en darme alojamiento para evitar que condujera de noche. La fiesta no ha salido pero me están tratando muy bien», dijo la alcañizana. Pasó la noche como invitada en el Hostal La Muralla, uno de los establecimientos que han apoyado el evento. «No me puedo quejar en ese aspecto. La fiesta se ha suspendido pero no me han descuidado ni un segundo», reiteró. La única mujer estuvo todo el tiempo acompañada por Félix Royo, el impulsor de este evento. A pesar de que fracasó como tal, Royo asegura que uno de los objetivos sí que se cumplió. «Aunque sólo haya sido por curiosidad ha venido gente de los alrededores. Mucha más que un fin de semana cualquiera», dijo. La idea de convocar una fiesta en la que los solteros del pueblo pudieran conocer a alguna mujer surgió con una intención lúdica. «El término caravana nos parece despectivo. Esto iba a ser una fiesta entre mujeres y solteros pero al final, de todas las que se comprometieron sólo Joaquina ha cumplido su palabra», dijo Royo. El organizador no desiste y asegura que volverá a intentarlo aunque para ello necesita el compromiso firme de aquellas interesadas. «Quizá las que han venido se han asustado por la expectación que había en el pueblo. No lo sé», reflexionó. A pesar de que todo el mundo hablaba de la Fiesta de Solteros, algunos vecinos se mostraron reticentes a la idea y evitaron cualquier relación con el evento. «Hemos conseguido atraer a gente y eso la hostelería seguro que lo ha notado», dijo Royo. No se apartó en ningún momento de Joaquina, incluso acabaron la noche disfrutando de un concierto. La vida entre 320 habitantes

«El frío nos endurece pero la gente es muy noble. He vivido en sitios como Galicia e Italia y te aseguro que no lo cambio», defendió Royo. El pueblo está en un enclave inigualable, en plena serranía del Maestrazgo, allí donde los ciervos, zorros y liebres, campan a sus anchas y cruzan carreteras y caminos. «Alcañiz es demasiado ruidoso. Me encantaría vivir en una masía en el monte en libertad», explicó Joaquina. Lo contó junto a una de las murallas, bajo una noche que obligó a todos a calzar botas, cazadoras y gorros porque la niebla se tragó a un sol que había lucido durante todo el día.

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