El fútbol puede definirse como aquél deporte que consiste en tratar de pasarle el balón a Messi o quitárselo. Si no lo creemos así, basta solamente sentarse a ver el juego del 10 de Barcelona. Y si aún estamos inseguros e inciertos, basta con haber visto el juego de Lio el pasado domingo frente a su archirrival: el Real Madrid. La Messidependencia se hizo aparecer una vez más, esta vez en el Santiago Bernabéu y decidió una vez más para quién fue el triunfo. Pero si la Messidependencia se muestra como en este domingo, ¡que vengan 100 años más de ella!

Un clásico para la historia

El argentino es imparable. Ante un Barcelona que venía “caído” debido a la demoledora e impresionante derrota ante la Juventus en Champions, no todo pintaba muy bien para el conjunto culé. Y Messi era uno de los señalados, pues su baja de rendimiento en Champions era notable.

Todos lo saben: lo que menos desea un rival del Barcelona es tener aun Lionel Messi recuperado y con hambre de fútbol. Así sucedió y no pudo ser en una de las mejores condiciones posibles: frente al mismísimo Real Madrid.

El clásico empezó con su grito de gol, luego con un azaroso empate de Casemiro que un gol de Rakitic vino a acallar, ya en la segunda mitad. La sorpresa fue el gol del banqueado James, pero la maravilla fue el gol de Messi en tiempo complementario. Es un 3 a 2 que será difícil de olvidar en Madrid, que va a necesitar de mucha moral para recuperarse.

Messi es la clave

El 10 del Barcelona fue imparable: todos los balones pasaban por él. Tanto fue así que no sólo borró de la cancha al medio campo y a la defensa del Madrid: también hizo parecer nulos a los atacantes que lo acompañaban, Alcácer y el Lucho Suárez. Toda la magia fue para él.

Dribló, buscó y pidió pases, robó balones importantes y supo leer el partido como para saber inclinarlo a su favor. Ahora más que nunca su leyenda se incrementó. ¿La guinda de la torta? Marcar su gol 500 en pleno Bernabéu. Fue tan fantástico como tomar cruceros caribe en unas vacaciones.

D10S

No son pocos los méritos del astro argentino que nos hacen suponer que su noche ante el Madrid no va a ser olvidada con facilidad. Además de mantenerse como el mayor goleador de la liga con 29 dianas, ha puesto al Barcelona otra vez de primero en la Liga (aunque el Madrid tiene un partido pendiente).

Messi siempre será Messi. Negarlo o dudarlo es olvidar la última década del fútbol mundial. La noche de ayer vivió otro capítulo de su historia. La historia sonríe por contar con Messi.