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En resumen: ha sido una buena cuarentena. No sé si por el parto natural, por mi optimismo y felicidad, por tener otro niño que atender o por todo a la vez. Pero no se me ha hecho pesado ni me ha costado. Con estanjanito sólo tengo el recuerdo de estar en casa y en bata todo el día, en esta cuarentena no he parado mucho, sin forzar, claro, pero hemos salido y aprovechado el buen tiempo.
El postparto se inicia al alumbrar la placenta, y ya os conté esa parte, pero creo que olvidé contar que empecé con tiritonas, no es que tengas frío, empiezas a temblar, tu cuerpo ahí por libre, pero no os asustéis que es normal en un parto vaginal sin anestesia. De ahí pasas a la siguiente fase: los entuertos, que son espasmos del útero para volver a su estado, y me dolían la verdad, pero después de los pinchazos en el "xixi" (con perdón) ya lo demás nada. Para pasar el dolor me dieron "gelocatil", me podía tomar dos de golpe y la verdad es que al rato me olvidaba, y sólo era a ratos cuando notaba el dolor, al segundo día ya me los salté y me dolía cuando la niña mamaba porqué la lactancia materna ayuda al útero.
Una vez en casa, antes de quitarme los puntos, yo seguí con la forma de limpiarme que dicen en el hospital, ya lo hice con el postparto de estanjanito, y es que lo de limpiar con suero me deja más tranquila, después dos compresas gordas y andando. Es un engorro y, a parte de la barrigota que aún me quedaba, los pantalones no me entraban.
Pasada la visita a la matrona, ya sin puntos usé sólo una compresa y para salir de casa, de las finitas. Así pude recuperar algún pantalón, el que más ilusión me hizo, un vaquero de los míos estrechos, los demás no abrochaban. Pero vestirme algunos días, con las ganas que tenía de lucir un poco, a veces, se hacía difícil. Un domingo me llegué a probar cinco pantalones distintos.
La barriga bajó a buen ritmo, a las tres semanas y con un buen "saboir efer" de estilismo casi no se notaba nada y en el espejo se reflejaba una pequeña barriguita blandengue, al ponerme el pantalón aprieta la barriga para arriba y zas! aparece ahí un masacote que busca la vida para encontrar una camisa o jersey que lo disimule un poco. Aunque claro, entre la lactancia materna de cada dos horas algunos días, ir y venir con estanjanito y coge-deja a estanjanita en la hamaca...como para no perder! Ahí aún queda testimonio barreguil y hay que perder un poco y tonificar pero ahora no estoy por la labor. Ya lo arreglaré con el tiempo no es algo que me preocupe en exceso, he dado a luz, no se puede estar como antes!
A los quince días parecía que dejaba de sangrar pero volví, con menos cantidad, hasta justo el mes. Que creo que es la parte más engorrosa de la cuarentena.
Intento comer cosas que me ayuden a ir al baño, por lo de mi superdesgarro. Como el muesli, que a alguien como yo que no me gusta encontrar cosas mientras bebo, pues me resulta un poco desagradable además de la pesca en la leche que tengo que hacer medio dormida. Los trocitos de chocolate sí están ricos pero el resto es soso, aunque me voy acostumbrando. El problema es que bebo mucha agua, como muesli y yogures para ir al baño regularmente, pero claro, lo compenso con chocolate y donuts y demás... Entonces normal que esté días sin ir al baño. Por lo menos no me ha dolido que es lo importante para no joderme estropearme la zona.
Me siento feliz, por crear una familia más grande, por el tipo de parto y por haberlo compartido con estanjano, por muchas cosas y eso me ha ayudado a ver todo diferente, hasta la cuarentena que se me hizo pesada en el primer embarazo, la he llevado estupendamente, hasta ganas de "intimar" (como dice Marge Simpson) con mi marido tenía, jeje. Pero hay que respetar y esperar a finalizar la cuarentena que todo tiene que volver a su sitio...
No sé si me dejo algo, si no ya os lo contaré... en próximas entregas, tachan, tachan, jeje, lo que sigue a la cuarentena, los cuidados y demás.