Un sábado cualquiera, sin pretensión de hacer nada distinto a otro sábado, es decir salir a cenar y tomar algo con los amigos, todo cambio de repente. La idea era salir de marcha a rompernos todos, ya que un amigo venía de la Península y había que celebrarlo, pues dicho y hecho, esta noche toca fiesta.

Hasta aquí todo normal, lo paradójico empieza a ocurrir una vez que ya estamos en La Laguna de marcha, que si vamos aquel bar, porque la bebida es más barata, o mejor vamos y compramos una botella, etc. Al final gana la mayoría y nos dirigimos al bar donde la bebida no es muy cara (ya sabemos garrafón con hielo, y al día siguiente dolor de cabeza, tripas..). Pues allí nos tomamos un par de whisky, bromas entre los colegas, con alguna chica que se acerca, a ver si......, y llegó el momento de irnos al pub de moda, donde supuestamente están las féminas más guapas, y donde mejor ambiente hay.

Llegados al punto x donde supuestamente todo nos iba a cambiar, nos encontramos con que éramos los carrozas del lugar, la media de edad era de 21 ó 22 años y nosotros hacíamos diez años que habíamos superado dicha edad, pero bueno una noche es una noche, y así nos adentrábamos hasta que cerrara el bar. Y mientras cada vez nos íbamos encontrando mejor, sea por el whisky, sea por lo que fuera, tocó la fortuna y ligamos, (lo primero que pensé es joder para lo puretilla que estoy, todavía tengo algo, y cosas similares).

Después de esos pensamientos narcisistas para darse ánimo, seguimos de bromas de bacile, hasta que ellas de forma sutilmente nos fueron aislando del resto, y sinceramente daba igual, porque no todas las noches uno liga..., cuando de repente, la chica, me dice sutilmente voy al servicio, ¿me acompañas?. A tal afirmación no vi complicación alguna y así lo hice la acompañe, y mientras hacíamos cola estuvimos charlando mas pausadamente, (yo seguía pensando esto marcha), hasta que ya no había nadie en el servicio y le tocaba entrar. Al darse cuenta de que no había nadie, se me acerca y me dice, ¿quieres entrar?.

No se la razón concreta por la que accedí, pero entre con ella, y allí todo cambió..., de la chica guapa, inteligente, y divertida, pasó a ser otra persona distinta, sin darme casi cuenta, estábamos los dos encerrados en el baño, y se mientras se me abalanzaba, se iba quitando la ropa....

En ese momento me quede parado, porque si bien es cierto, uno no es cura, pero era la primera vez que pasaba algo igual, y no supe reaccionar, y durante 60 segundos pensaba, esto en mi juventud no pasaba. Poco a poco, me deje llevar hasta que se oye un golpe fuerte en la puerta, y atisbaba a oír una serie de improperios hacia mi persona y hacia la chica. Me quedé estupefacto, y Susy (vamos a llamarla así), seguía en sus trece, y sólo decía no pasa nada es mi marido, el dueño del bar. (si quieres saber más sigue el próximo capitulo)