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Uruguay se levantó cuando menos lo esperaban y se clasificó para octavos de final del Mundial de Brasil-2014, pero su gesta quedó empañada por el mordisco que Luis Suárez le propinó al defensa italiano Giorgio Chiellini el martes.
La alegría por el pase a la segunda ronda, donde jugará contra Colombia el sábado en el estadio Maracaná de Río de Janeiro, quedó en un segundo plano porque Luis Suárez volvió a mostrar su peor cara y la FIFA podría excluirlo del Mundial.
El jugador del Liverpool será investigado por haber infringido el Código Disciplinario de la FIFA y se enfrenta a una dura sanción por parte del organismo. "El jugador y la federación uruguaya están invitados a presentar su posición y pruebas que estimen relevante hasta el 25 de junio", señala la FIFA en un comunicado.
El 'Pistolero' Suárez eclipsó la épica clasificación celeste con su mordisco a Chiellini, un episodio que se propagó rápidamente por las redes sociales. "Me ha mordido, está claro, aún tengo la marca", dijo Chiellini a la cadena pública italiana RAI. "El árbitro debería haber pitado y haberle mostrado la (tarjeta) roja, también porque ha simulado", añadió.
En defensa del goleador histórico de la 'Celeste' -lleva anotados 41 goles- salió su entrenador, Óscar Tabárez, quien sostuvo que "hay una animosidad evidente de cierta parte de la prensa inglesa", y dijo que no vio el mordisco del 'Pistolero' a Chiellini.
De confirmarse lo hecho por Suárez, será la tercera vez que el goleador del Liverpool muerde a un adversario.
En 2010, cuando jugaba con el Ajax de Ámsterdam holandés, Suárez fue sancionado con siete partidos de suspensión por haber mordido al jugador del PSV Eindhoven Otman Bakkal. En Inglaterra, ya en Liverpool, fue castigado con 10 partidos por morder al defensa serbio del Chelsea, Branislav Ivanovic, en abril de 2013, por lo que no pudo disputar el inicio de la última Premier League, en la que fue el goleador con 31 tantos y elegido el mejor jugador de la misma.
- De héroe a villano en cinco días -
Suárez volvió a mostrar su peor cara y pasó de héroe, cuando lleva el balón controlado ante el portero -acción que suele acabar en gol-, a villano, con su mordisco, en solo cinco días.
El 'Pistolero' había recibido elogios de todo el mundo cuando el pasado jueves se encargó de dejar virtualmente eliminada a Inglaterra con dos golazos en la victoria de Uruguay en Sao Paulo por 2-1. Pero cinco días más tarde, el martes, en la sufrida victoria de la Celeste sobre Italia por la mínima con gol de Diego Godín a los 81 minutos, mordió a Chiellini en un hombro y nuevamente se metió en el ojo del huracán, recibiendo críticas de todas partes.
- Uruguay golpeó cuando menos lo esperaban -
Uruguay se levantó de las cenizas, como infinidad de veces a lo largo de su rica historia futbolística, esa que habla de que si no es en forma heroica parece que no valen los triunfos, y se clasificó junto a la revelación Costa Rica para octavos de final, enviando a casa a Italia e Inglaterra.
Los celestes habían perdido en el debut ante los Ticos por 3-1 en Fortaleza -en lo que a priori era el partido más accesible- y la eliminación parecía un hecho.
Sobre todo teniendo en cuenta que Uruguay no vencía a un combinado europeo en un Mundial desde que derrotara por 1-0 en la prórroga a la Unión Soviética en cuartos de final de México-1970, nada menos que hace 44 años. Sin embargo, de la mano de Suárez derrotó a Inglaterra por 2-1 y revivió en el 'Grupo de la muerte' y la clasificación quedó al alcance de la mano.
Para lograrlo, debía vencer a la dura Italia, a la que le bastaba con el empate para seguir en carrera en Brasil-2014. Pero este equipo, dirigido por Tabárez, que para muchos "no juega lindo" como dice una y otra vez el seleccionador, volvió a dar muestra de su garra y le ganó a los tetracampeones mundiales por 1-0 en Natal (noreste).
El defensa del Atlético de Madrid Diego Godín saltó más alto que todos en el área italiana a los 81 minutos para, con un espaldazo -intentó cabecear pero le dio con la espalda-, batir al portero Gianluigi Buffon y desatar el delirio de un país de poco más de tres millones de habitantes que lleva el fútbol en la sangre.