¿Quieres recibir una notificación por email cada vez que Juan Pardo escriba una noticia?
Andrea ha fallecido, cuatro días, después de retirársele la alimentación. Si algo hay seguro en esta "vida" es que quien no come se muere. La niña sufría una enfermedad degenerativa incurable. Sus padres lograron que se le concediera la muerte digna a su hija. ¿Por qué ese interés especial y "prisa" para que muriese Andrea?
La presidenta de la A.E. de Abogados Cristianos, Polonia Castellanos, aseguró este viernes, tras conocerse el fallecimiento de la niña gallega Andrea, que presentará una denuncia contra los médicos porque «no han hecho lo que tenían que hacer». Además, denuncia que Sanidad ha puesto «trabas» a reunirse con la asociación en repetidas ocasiones.
Castellanos ha dicho que su asociación sigue adelante «con todo el dolor» de su corazón por la muerte de la pequeña, pero consideran que al haber quitado la sonda a la pequeña tras mandato judicial, la paciente se encontraba en «una situación irreversible», condenada a morir. «Aunque siempre les hemos apoyado, no nos han dejado otro remedio», concretó, a pesar de que a los miembros de la asociación «siempre» les quedaba «alguna esperanza» para que la niña siguiese con vida.
Nada más conocerse el caso de Andrea se abrió un debate en el que salieron a la luz términos como eutanasia, suicidio asistido, sedación paliativa o muerte digna. Ni son lo mismo, ni tienen la misma regulación. ¿Es el momento de abrir el debate sobre la eutanasia? No parece el momento. Sobre todo porque lleva a la confusión de creer que el caso de Andrea pueda tener algo que ver. Siempre es oportuno el debate sobre el fin de la vida, que tantos dilemas genera, pero nunca en caliente. El caso de Andrea es un caso de muerte digna en el que se pide la retirada de una medida externa para no alargar la vida de forma artificial y cuando no conduce a ninguna mejoría. Además, esta prolongación produce en el paciente agonía o sufrimiento. Está perfectamente regulado en la ley y por eso los médicos han autorizado esta medida en el caso de la niña. Un caso similar es el de Inmaculada Echevarría, en el 2006. Esta mujer de 51 años pidió en aquel momento que se le retirara el respirador artificial al que vivía conectada desde hacía diez años.
¿Qué diferencia hay entre la eutanasia y la muerte digna que ampara la ley? La primera es una medida activa para matar al paciente que tiene sufrimiento y así lo desea; y la segunda es retirar tratamientos que alargan la vida artificialmente. Puede decirse incluso que es dejar morir. Tanto en el caso de la eutanasia como del suicidio asistido hay una medida activa para acabar con la vida. El caso de Ramón Sampedro, por ejemplo, es un caso de suicidio asistido en el que se facilita a una persona lo necesario para suicidarse si así lo desea, y no tiene medios para hacerlo. De hecho se le suministró cianuro y él mismo lo tomó. En el caso de la eutanasia no se facilita la medicación letal sino que se aplica, porque el enfermo sufre y lo ha pedido reiteradamente. En ambos casos es respetar la voluntad de la persona en el final de su vida, pero son más polémicos.
¿Cómo se realiza la sedación permitida en España? Si una persona está en el final de su vida, tiene una enfermedad con pronóstico limitado y sufrimiento, tiene derecho a rechazar cualquier tipo de tratamiento, incluso la alimentación artificial y la hidratación. Lo que hace en esos casos el médico, especialistas en cuidados paliativos fundamentalmente, es «tratar exquisitamente los síntomas» para que el paciente muera con la máxima confortabilidad y sin ningún tipo de sufrimiento. No hay por qué sedar desde un inicio, sino que al principio pueden tratarse los síntomas de otra forma. Una cama perfectamente limpia y estirada, revisar la postura del enfermo para que esté lo más cómodo posible... Son medidas recogidas en los cuidados paliativos. Cuando aparezcan los síntomas refractarios, aquellos que no pueden paliarse con los métodos habituales, es cuando se plantea la sedación. «Pero al igual que sedar es una buena práctica clínica, no hacerlo es una mala práctica», explica un médico.
¿Por qué hay dilemas pese a haber una norma?
Por la interpretación de la ley. En el caso de Andrea, por ejemplo, si se considera que la alimentación a través de esta sonda en el estómago no es una medida artificial. «Todos somos humanos», dice un oncólogo. Es por ello por lo que a veces se precisa la intervención del juez. Sobre los informes éticos, sostiene que «siempre buscan no perjudicar ningún valor».