La música es ritmo, tempo y, en definitiva, el tiempo en sí mismo. Siempre he creído que la música es el mayor arte de la humanidad y probablemente el más antiguo. Los seres humanos, desde los tiempos prehistóricos, tenemos grabada con fuego en el ADN la necesidad de seguir el ritmo. Porque el ritmo en sí mismo es el latido de un corazón humano, que, a su vez, se puede trasladar fácilmente a la tipología de instrumento musical más antigua que existe: la percusión. Poco a poco, la música, como el propio ser humano, evolucionó; y como él, se hizo más compleja, llegando a la infinita variedad de estilos y subestilos que existen en la actualidad. La música del siglo XXI no tiene nada que ver con la del siglo XVIII, al igual que la del siglo XVIII dista mucho de las cantigas medievales; sin embargo, todas las épocas musicales coinciden en lo mismo: es necesario el ritmo. El tiempo. El tic tac.

Así pues, siempre será necesario el reloj, el instrumento para medir el tiempo por excelencia. Por eso, me gustaría que pensaran que, las veces que han tenido que entrar relojerías online como Comproreloj.es para buscar más información sobre el tipo de reloj que les gustaría comprarse, no están perdiendo el tiempo –y nunca mejor dicho– ni gastando el dinero en tonterías. Si quieren tener un reloj duradero y de calidad, y por eso barajan la posibilidad de comprarse un reloj Breguet, están tomando la decisión correcta; pues controlar el tiempo es esencial en cada día de nuestra vida, así que mejor emplear el dinero que ganamos en un reloj que sea longevo. Lo mismo vale si tomamos la decisión de comprar un reloj Patek Philippe o si, por el contrario, ansiamos conseguir un reloj Rolex. Todos ellos sirven para lo mismo, ¿no? El ritmo. El tiempo. El tic tac.

Por eso la música es eterna, porque el tiempo también lo es. Por eso, si algún día les da por componer una melodía, me gustaría que usaran ese reloj de calidad que se han comprado para hacerlo.