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En algunas empresas los líderes escogen una forma de liderazgo ausente que deja a los trabajadores en un mundo de incertidumbres acerca del rumbo del negocio.
En una especie de retiro espiritual parecen encontrarse algunos grupos de dirección de empresa. Se reúnen entre ellos, piden revisar documentos y documentar pero sólo para interactuar desde el poder y no permitir que las ideas, necesidades u oportunidades le lleguen. Solamente permiten y quieren escuchar lo que le hace sentido a sus ideas. Disentir no es posible pues no hay siquiera oportunidad para interactuar con estos los líderes de la empresa, no se crean espacios de comunicación y menos para compartir.
Todas estas condiciones que parecen sacadas de organizaciones de hace mucho tiempo atrás se mantienen hoy día en muchas empresas. Y su existencia tiene efectos nocivos sobre la gente y los procesos y resultado en la empresa, más de lo que muchos pueden pensar. Lo primero que hay que entender es que características muestran estas organizaciones:
Puede una organización funcionar sin un liderazgo visible y a cargo de la situación:
Es poco probable que un barco o un avión haga su recorrido sin un capitán que lo guíe rumbo a su destino. Hace pocos días se experimentaba con un vehículo sin conductor, los primeros resultados no fueron del todo exitoso, sin embargo en algún momento futuro se logrará hacer que un vehículo sea conducido por un conjunto de referencias pre-programas que logran sus resultado de alcanzar una meta. Sin embargo debemos entender la empresa como un sistema social, eso tiene muchas implicaciones importantes entre las que podemos distinguir:
Uno de los roles principales que los líderes deben asumir es precisamente alcanzar esos acuerdos de una masa de intereses diferentes que forman la organización. Cuando se habla de organizaciones sin liderazgo visible fundamentalmente hablamos de aquellas en las que evita la interacción entre los distintos niveles que la integran, los efectos visibles en la cultura y su acción se pueden describir como:
Cuando los ambientes cambian, se exigen nuevas capacidades o se demandan respuestas rápidas estas empresas no están preparadas y sus posibilidades de éxito se ven limitadas cuando no imposibilitadas.
¿Cómo son estos líderes ausentes?
En general se identifican por su baja capacidad de empatizar en distintos niveles de la empresa. Son distantes y con estilo de mando autoritario. Las comunicaciones son de estilo complejo y sobre elaboradas. Los clientes, sus opiniones y necesidades aparecen subestimadas por lo que las palabras clientes-consumidores-usuarios tienen muy poco uso en el lenguaje común de la empresa. En la ejecución del trabajo pueden pedir detalles en exceso y retrasar la toma de decisiones bajo la convicción del que el tiempo juega a su favor. Baja delegación y un estricto control de documentos y niveles de aprobación hacen que la gente se paralice y aporte poco en la procura de mejoras.
Un estilo viejo de dirigir que sigue funcionando y que impide que la personas den lo mejor de si en el tan importante espacio que es el trabajo.
Fuente: http://www.lanuevarutadelempleo.com/Noticias/cuando-no-hay-nadie-cargo-la-organizacion-sin-rumbo