Gracias a mi hija mayor tengo una nieta maravillosa de 5 años. Se llama Sofía y este fin de semana lo pasé junto con ellos. 

Este fin de semana estaba oyendo música y cantando con mi yerno y un amigo cuando se me acerca mi nieta y me pide jugar. En realidad, no tenía muchas ganas pues me motivaba más seguir en mi cantaleta; pero accedí para complacerla. 

Jugamos a muchas cosas hasta que terminamos en el juego de disfrazarnos.

Pero lo más interesante no fue el juego ni el momento que pasé junto a ella. Lo más interesante e importante fue lo que aprendí de ella y de cómo esto se sintió como una resurrección en mi vida. 

Te lo cuento: 

Comenzamos a jugar. Al principio el juego me parecía aburrido y no estaba muy identificado con él; pero a medida que este transcurría me preguntaba por qué a mi nieta le era tan interesante y divertido. 

Entonces me fijé que ella desplegaba ciertas cualidades que hacían posible que estuviera todo el tiempo tan feliz disfrutando plenamente de ello. 

Y descubrí que: 

-No le importaba si las preguntas o sugerencias que hacía eran inteligentes, o adecuadas, o simples, o ingenuas, o infantiles. Ellas las lanzaba a chorros producto de una curiosidad insaciable de querer saberlo todo y no dar nada por sentado.

-Ningún contratiempo en el juego le hacía perder su alegría desbordante producto de que estaba entregada por completo en lo que hacía. 

-Cuando algo en el juego resultaba ser muy complicado; ella buscaba las maneras de simplificarlo al máximo. No complicaba el juego con reglas innecesarias y cuando tenía que cambiar las reglas porque peligraba su disfrute pues con tremenda facilidad las cambiaba por otras. 

-Desplegaba una gran vitalidad amén del tiempo transcurrido. Creo que la sacaba de adentro porque estaba conectada con la Vida misma. 

Yo la observaba y me decía: “Esta niña está desbordante de Vida”. Para ella lo más importante no era el contenido del juego, sino en cómo saciar la necesidad de sacar toda esa energía vital hacia afuera. 

Me pareció tan interesante lo que estaba descubriendo que me propuse, con toda sinceridad, imitar esas cualidades de mi nieta durante el juego. 

¿Y sabes qué pasó?

Dejó de ser algo aburrido para mí y se convirtió en algo muy divertido. Me sentía cada vez más lleno de energía y se me ocurrían más y más formas novedosas de enriquecer el contenido del juego. 

El tiempo pasó y no me di cuenta que ya llevábamos casi tres horas. Me sentía alegre y mi mente estaba tan absorta que todo a mi alrededor desapareció y solo importaba lo que estaba haciendo. 

Si quieres disfrutar la Vida tienes que volver a ser niño

Nunca he experimentado una resurrección en carne propia; pero lo que sentí en esas casi tres horas fue algo parecido a como si hubiera nacido de nuevo y volví a ser niño en toda la extensión de la palabra. 

Y también aprendí algo que ha estado transformando mi vida desde ese momento.  Aprendí que con mis casi 64 años podía hallar maneras de desarrollar esas características en mi vida cotidiana. 

Y eso es lo que me he determinado hacer a partir de ahora. 

Te pregunto: ¿Por qué no te animas a hacerlo? 

Parece una locura, pero no se pierde nada con probar. Por eso te aconsejo que, si tienes la posibilidad de interactuar con un niño, además de brindarle tu tiempo, trates de imitar las cualidades y habilidades que él desarrolla y que le permiten ser inmensamente feliz. 

Y si no tienes esa posibilidad, pues acude a tus recuerdos de cuándo eras un niño feliz y vuélvelo a ser. 

Te lanzo este reto y que compartamos juntos nuestras experiencias al respecto. 

Claro que en esto no se puede hacer trampas. Se debe tener un genuino interés en hacerlo, valentía y honestidad consigo mismo. 

Pero créeme los resultados que estoy experimentando de poner en práctica esta idea son sorprendentes y quisiera que tú también te beneficies de ellos.

Por favor, prueba y hazme saber tus experiencias. 

Además, te agradecería mucho si me dices qué piensas acerca de esta idea: 

¿Crees que es una locura y es imposible llevarla a vías de hecho en nuestra vida social adulta?

¿Cuáles serían los obstáculos, a tu edad, que pudieran aparecer al tratar de ponerla en práctica? 

Por mi parte, le doy gracias infinitas a mi Sofy, a mi nieta querida. Ella no lo sabe y me será muy difícil explicárselo; pero la realidad es que este fin de semana: ¡ME RESUCITÓ! 

POSTDATA:

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