Los resultados de una larga y adusta campaña tiene la virtualidad de representar al pais tal como está: dividido. A mi izquierda, jóvenes, mujeres, inmigrantes, negros, clases medias y pobres. A mi derecha, ricos, pensionistas, congregaciones religiosas, ultras y banqueros. Un complejo encaste de lo que Obama propone como destino común y el compromiso imposible desde el principio de su primer mandato: construir un puente capaz de unir las dos Américas. Se inicia el nuevo tiempo con las sombras del anterior, con la ventaja de que ahora se es consciente de los problemas. Tal vez mayor error republicano haya sido no identificar la realidad norteamericana del siglo XXI, con una población asiatica que creció un 43, 3%; la afroamericana, un 12, 3%; y la hispana, un 43%. La blanca, apenas un 5, 7%.Por si esto no fuese suficientemente ilustrado del desastroso enfoque, las mujeres superan a los hombres en un 6%, y en su mayor parte se decidió por Obama.

El arrepentimiento por la humillación republicana deberá aspirar a recuperar el apoyo de inmigrantes, mujeres educadas y jóvenes. Si quieren ganar, tendrán que abandonar sus manías de viejos: su espíritu antigay, antisalud universal, antiaborto, antipobres. Desprenderse de sus cuernos ideológicos y cola religiosa para zambullirse en ideas de moderación y modernidad. Lo equivocaron todo, o, como sugería Newt Gingrich, ultraconservador que debatió con Romney en las primarias, recordar que Obama gana gracias al voto latino. El ejemplo de la niña con leucemia rescatada por el sistema de salud promovido por Obama y la imagen reconstruida delcomandante en jefe contra Sandy afean la conducta de Romney ante los suyos. En el partido, refulgen los cuchillos. Los republicanos van a la guerra. Reprochan el abrazo de Chris Christie a Obama en las inundaciones. Se atormentan con el error de la designación de un candidato sin gancho. Buscan culpables

Buscan culpables

Obama dice que lo mejor está por llegar. Aunque yo creo que lo peor no llegó y comienza en el día después. Los gobiernos europeos sintieron la desaprobación de sus electores por sus fallidos intentos de proteger a los ciudadanos de la crisis. El optimismo, cree The Times, se fue por el desaüe, y la política se convirtió en estridente. Lo mismo en la UE que en América, las circunstancias de Obama no pueden ser más desfavorables. Aunque agotador, tiene que "hacer lo que prometió en su inspirada retórica de 2008, el trabajo real es unir a América".