¿Quieres recibir una notificación por email cada vez que Redacción Política escriba una noticia?
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, realizó el lunes en Alaska un balance sombrío de la lucha contra el cambio climático en el mundo al hablar ante una conferencia internacional sobre el Ártico: "mo avanzamos lo suficientemente rápido", dijo.
"El clima cambia más rápidamente que nuestros esfuerzos para responder" a ello, agregó en un discurso de tono grave durante el cual se detuvo largamente sobre el impacto devastador de los cambios que se avecinan, en vistas de la ausencia de reacciones fuertes y coordinadas del conjunto de países del planeta.
"Estamos aquí para hablar de un desafío que definirá los contornos de este siglo, de manera más espectacular que cualquier otra cosa: la amenaza urgente y creciente del cambio climático", advirtió el mandatario durante su primer día de visita en Alaska.
Sus declaraciones se producen tres meses antes de la conferencia de París, que se plantea lograr un acuerdo mundial para intentar limitar el alza de las temperaturas en 2 grados centígrados para evitar los nefastos efectos del cambio climático.
Estados Unidos es el segundo mayor emisor de gases con efecto invernadero, después de China.
Este viaje de tres días de Obama, cuidadosamente preparado por la Casa Blanca, apunta en primer término a hacer que el cambio climático aparezca como palpable, concreto.
A lo largo del viaje, el propio presidente alimentará la cuenta en Instagram de la Casa Blanca (@whitehouse). "Hola a todo el mundo, soy Barack. Vista increíble al acercarnos a Anchorage", escribió al publicar su primera foto tomada desde una ventanilla del avión presidencial Air Force One.
Sin embargo, después de haber aterrizado, el presidente insistió sobre las amenazas que planean sobre el Ártico, que ha conocido un alza de las temperaturas dos veces mayor a la registrada en el resto del mundo.
El derretimiento de permafrost (el subsuelo helado) "desestabiliza una tierra en la cual viven unos 100.000 habitantes, amenazando sus casas, dañando sus infraestructuras de transporte y energía", advirtió. El cambio climático "ya está cambiando la manera en que viven los habitantes de Alaska", indicó.
- Alaska y sus ambigüedades -
Pero en este vasto territorio -que el imperio ruso vendió a Estados Unidos en 1867-, no todo el mundo espera a Obama con los brazos abiertos. El petróleo ocupa un lugar central en la economía local y la "transición energética" a la que aspira el presidente estadounidense es vista más bien con preocupación.
Numerosos habitantes del 'estado 49' de la Unión temen que el mandatario, que tiene sus ojos puestos en la conferencia de París, olvide las dificultades por las que atraviesan.
La visita tiene lugar en un contexto marcado por el desplome de los precios del crudo, que ha afectado fuertemente a las arcas del estado de Alaska. La Asociación de Productores de Gas y de Petróleo de Alaska (AOGA) recordó al inquilino de la Casa Blanca que este sector representa unos 110.000 empleos, directos e indirectos, y lo convocó a encontrar un "equilibrio razonable" en sus prioridades energéticas.
El republicano Don Young, que representa a Alaska en el Congreso estadounidense desde hace más de 40 años y es claramente favorable a la expansión de las áreas de exploración petrolera, expresó de manera directa sus temores. "No somos solo una postal", afirmó.
Unas horas antes de la llegada de Obama, la Casa Blanca anunció una medida simbólica reclamada desde hace largo tiempo en este estado: el monte McKinley, la mayor cumbre de América del Norte, fue rebautizado como Denali. Ya no se conocerá en consecuencia esta elevación por el apellido del 25º presidente de Estados Unidos, sino por aquel utilizado a lo largo de siglos -y aún- por las poblaciones locales.
El presidente estadounidense aprovechó igualmente el hecho de hablar desde un estado como Alaska, que se ubica en primera línea en el combate contra el recalentamiento de la Tierra, para denunciar la actitud de numerosos legisladores republicanos, que niegan la responsabilidad humana sobre los cambios en curso. "No podemos tener un debate legítimo sobre la forma de responder a este problema, no podemos negar la ciencia", dijo el presidente. "Ya no es más momento de decir 'yo no sé'", afirmó, en alusión a los republicanos, que alegan que "no son científicos" cuando se les interroga al respecto. "Quienes pretenden ignorar la ciencia están cada vez más solos, están en una isla a punto de desaparecer", agregó Obama.
El presidente prevé efectuar este martes una marcha sobre el glaciar Exit, ubicado en el parque nacional de Kenai Fjords, a 200 kilómetros al sur de Anchorage.