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- ¿Qué están grabando?, nos preguntaban.
y cuando respondíamos: - A Oscar Alemán,
ya sabíamos cuáles iban a ser las próximas preguntas:
- ¿A Oscar Alemán? ¿Volvió? ¿Dónde estuvo?
y sentíamos mucha tristeza. La tristeza que nos
provoca la injusticia, el olvido sin razón ni
sentido.
A ese olvido nos referíamos antes; un olvido injusto,
sobre todo porque el público, el hombre de la calle,
sigue admirando a Oscar Alemán como siempre. Muchas veces,
a raíz de la grabación de este disco, hemos salido a la
calle con Alemán. Y descubrimos cómo inmediatamente se
convertía en el blanco -valga la paradoja- blanco de todas
las miradas. Cómo se acercaban a él personas de todas
las edades a preguntarle dónde podían escucharlo, a pedirle
autógrafos, a estrechar, simplemente, su mano. Pero
quienes manejan el negocio un buen día sufrieron una larga
amnesia …
Tal vez por eso, cuando nos acercamos a él para pedirle que
grabara este disco, descubrimos que Oscar Alemán tenia un poco
de miedo de hacerla. El mismo miedo que seguramente habrá
sentido cuando inició su serie de recitales en el teatro
Santa María del Buen Ayre, hasta que el rotundo y prolongado
aplauso del público le confirmó que sus valores no habían
perimido. No confesó su temor, naturalmente, y sabemos que no
le va a gustar que nosotros lo digamos aquí.
El Oscar Alemán de nuestra nostalgia es ahora un Oscar Alemán
que nos cautiva y nos asombra en cada improvisación.
Su dominio de la guitarra se ha enriquecido con el tiempo. El
ímpetu juvenil ha sido sustituido por una madura integración
con el instrumento y eso se transmite en todo momento a través
del surco. Por eso, al sentamos a escribir estas líneas mientras
escuchábamos el disco, nos olvidamos de todo lo que teníamos
planeado decir aquí. Porque pensamos que no hace falta recordar
los éxitos de Alemán junto a Josephine Baker, cuya admiración
por Oscar se manifiesta hasta en el hecho de haberle puesto
título a uno de sus temas: ‘Hombre mio’.
‘Yo no hubiera podido ponerle nunca ese nombre’, acostumbra a
decir Alemán en una manifestación del humor que siempre lo
acompaña.Tampoco hace falta recordar que Louis Armstrong,
el siempre recordado ‘Satchmo’, tocó en su boquilla, en una
madrugada parisiense, treinta y dos coros de ese tema. Ni siquiera
mencionar que este chaqueño, caminante de todos los caminos
del mundo, es el único artista argentino que figura en las
enciclopedias internacionales de jazz. Y hasta nos parece
superfluo recordar que Duke Ellington se había empeñado
en sacarlo de la orquesta de Josephine Baker para llevárselo
como solista a la suya.
Porque al escuchar este ‘Alemán ‘72″ sentimos que realmente lo
único importante es este Alemán de aquí y de ahora. Lo único
importante es sentir cómo late a través del virtuosismo de su
guitarra en la emocionada versión de Sonido de Carrillón, cómo
muestra la riqueza de su desbordante imaginación en Hoy, tema
que fue totalmente improvisado durante la grabación y al que
Alemán califica como de un simple ‘paseo por la guitarra’,
cómo se revela dueño de un incomparable dominio expresivo en
la improvisación de Cuando los santos vienen marchando.
Fuente :
Liner Notes de Carlos Mayon (Extracto) .
Escucha / Listen : ‘Tono Nº 1″
Temas / Tracks :
1 Rosa Madreselva (Razaf-Waller)
2 Oscar Blues Nº 3 (O. Alemán)
3 Canción de Cuna Rusa (I. Berlin)
4 Sonido de Carrillón (J. Pernambuco)
5 Tono Nº1 (O. Alemán)
6 Hombre Mío (O. Alemán)
7 O.A. 1926 - (O. Alemán)
8 Tenías Que Ser Tú (Kahn-Jones)
9 Hoy (O. Alemán)
10 Cuando los Santos Vienen Marchando (Popular) .
Músicos / Personnel :
Oscar Alemán - Guitarra, Cavaquinho, Voz
Walter Malosetti - Guitarra (1, 3, 5, 6, 8 )
Johnny Quaglia - Guitarra (1, 3, 5, 6, 8, 10)
Aníbal Fuentes - Guitarra (1, 3, 5, 6, 8, 10)
Jorge González - Bajo (1, 3, 5, 6, 8, 10)
Norberto Minichillo - Batería (3, 5, 8, 10)
Néstor Astarita - Batería (1, 6) .
Sello / Label :
Redondel , 1972 .
Paradecir para ZDJ.