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Uno de los grandes papeles que han protagonizado esta primera parte del año, es el de la actriz Mélanie Laurent. Trabajando en un personaje que requiere el ser uno de los mejores de su carrera, o al contrario, un desastre total. Me gusta que esa balanza se mueva al del lado bueno. A través de su personaje transmite ese punto de terror, esa agonía sin que llegue en ningún momento a sobreactuar. Tampoco se muestra en una actitud de sobrecargar las escenas De alguna forma hace que te sientas dentro de esa cabina, te incomode, y en algún momento te haga sobresaltar. Dentro de un film que va de más a menos. Más diría yo, su personaje está muy por encima de un papel, en el que se termina con uno de los peores finales que han podido escribir, para concluir la trama del film. Además de ser una contradicción en toda regla.
Oxigeno es como una botella de gaseosa, va perdiendo el gas en momentos, llegando a evidencias, y en algunos momentos requiriendo de ciertos comportamientos que no llegan a ninguna parte. Me gusta también el equilibrio de esa realidad que deja atrás, recordando lo que su cerebro la deja entrever, pero llegando a tapar una cruda realidad. Por un lado, estoy seguro que han llegado con un metraje muy justo, y un guion que no daba para mucho más. Pero el final de la trama, es de los peores que he podido llegar a ver en mucho tiempo. Para mí, es un final, que sinceramente se lo podrían haber ahorrado, pues de alguna forma muy directa, trolea todo lo que es la trama de la película
Nota: 5/10 .