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Muchas veces la realidad supera a la ficción. De esta manera, la historia de Zachary Frankel y Alex Osman parece sacada de un guion de San Valentín: se conocieron gracias a un amigo en común y, antes de casarse, supieron que ya se habían conocido mucho antes.
En la primera cita ya descubrieron que habían crecido en el mismo lugar, Center City (Filadelfia, Estados Unidos), que habían pasado momentos de su infancia en el mismo parque (Rittenhouse Square) y que conocían a gente en común. Pero nada de eso hizo saltar las alarmas de la pareja, ya que estaban seguros de que ellos dos no se habían cruzado nunca.
Su historia de amor transcurrió en la más absoluta ignorancia hasta el momento de irse a vivir juntos. En esos tiempos de absoluto caos por la mudanza, la madre de Alex, haciendo limpieza, encontró una foto aparentemente normal de cuando su hija tenía solo tres años.
La imagen correspondía a su clase de preescolar y, junto a ella, salía un niño pelirrojo, sobre el que la madre bromeó: "Hay un pelirrojo a tu lado, ¿podría ser Zach?".
Alex apenas recordaba la existencia de esa fotografía y, al enseñársela a su prometido, resultó que, efectivamente, era él, por lo que se conocieron cuando tenían tres años. "Lees cosas sobre esto, pero que le ocurra a uno mismo... No queríamos creerlo porque nos conocimos en una cita a ciegas", explicó Alex en una entrevista para People.
En 2019, Zachary le pidió matrimonio a Alex frente la escultura de El beso del Museo de Arte de Filadelfia, una de las localizaciones favoritas de la pareja. La boda debía celebrarse en febrero de 2020, pero lo tuvieron que posponer por culpa de la pandemia. Pero el pasado mes de diciembre consiguieron celebrar una ceremonia más íntima con su círculo más cercano.