¿Quieres recibir una notificación por email cada vez que Redacción Sociedad escriba una noticia?
Payasos centroamericanos que participan en un congreso en San Salvador, consideran que con su magia y la risa que provocan en niños y adultos contribuyen a fomentar una cultura de mayor tolerancia, en una región con registros de violencia entre los más altos del mundo.
"Nadie puede negar que si usted está enfadado, triste y se le aparece un payaso, todo eso queda atrás. Entonces, ¿cuál es la labor primordial del payaso? Es contribuir a que en esta Centroamérica tengamos una sociedad más tolerante, menos violenta, tan necesaria en estos tiempos", dijo a la AFP el coordinador de la denominada Feria de la Risa, Ronal Chávez, de 41 años.
Centroamérica es una de las zonas más violentas del planeta, donde el crimen organizado ha disparado la tasa de homicidios que ronda 50 por cada 100.000 habitantes, según la ONU, varias veces la media mundial y con picos que casi duplican esa cifra, como es el caso de Honduras (90, 4).
El crimen organizado, principal generador de la violencia, causa estragos en numerosos países de la región, zona de paso de la droga llevada a Estados Unidos.
Chávez y cerca de un centenar de colegas de países centroamericanos participan desde el lunes en la feria que se realiza en auditorio de una iglesia evangélica en la capital salvadoreña.
Payasos de Guatemala, Costa Rica, Honduras, Nicaragua y El Salvador se han dedicado en ese encuentro a intercambiar ideas, técnicas y experiencias que les ayuden a ser más creativos para conseguir "más risas y aplausos", asegura Chávez, conocido entre los payasos salvadoreños como "Cabalin".
Mientras toma nota en un taller de maquillaje, David Rivera, apodado en Nicaragua como el payaso "Risitas", asegura que ser un "profesional de la risa" no es una tarea fácil, pero deja grandes recompensas que se reflejan "en los aplausos, en las carcajadas de las personas".
"Nuestro deber es mejorar el estado de ánimo, sean niños o gente viejona amargada, queremos hacer felices a las personas, que no piensen en hacer maldades o ser violentos", sostuvo Rivera, de 35 años, que luce una peluca negra y un traje multicolor, además de grandes zapatos rojo y blanco.
"Los payasos también hacemos magia infantil, pero a veces quisieramos ser clarividentes y saber cuándo todos estos pueblos de Centroamérica van a vivir en paz, que nadie se quede sin comer, aunque los payasos y payasitas a veces aguantamos hambre, pero no importa, así guardamos la línea... bien flacos", comentó medio en serio y medio en broma el payaso salvadoreño David Navarrete, conocido como "Cheverito".
Durante su reunión que cierra este jueves, los payasos también se evalúan mutuamente y otorgan premios en dinero a los participantes con mejor vestuario o maquillaje, a los que cuentan los mejores chistes o hacen los mejores trucos de magia infantil.