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Tres de los grandes descubrimientos que hizo el gran Bigas Luna han querido despedirse de él a través de cartas que ha publicado El País .
A nosotros nos han emocionado las últimas palabras que Penélope Cruz , Javier Bardem (ambos descubiertos por Bigas Luna en 'Jamón, jamón' ) y Leonor Watling (impulsada por el director catalán gracias a 'Son de mar' ) y no podemos dejar de compartirlas con vosotros.
Una vez más, ¡hasta siempre Bigas!
Papá Bigas por Javier Bardem
Javier Bardem en 'Jamón, jamón'
"No sé qué decir, ni cómo. Y mucho menos escribirlo. A Bigas le debo
una mujer que amo, dos amigos del alma y una carrera que nunca soñé con
poder tener. ¿Qué puedo añadir al eterno y profundo agradecimiento que
siento hacia él? Solo el inmenso cariño que siento hacia una persona que
siempre fue noble, libre, buena, amorosa y ligera... ¡Esa ligereza
emocional de Bigas que tanto envidiábamos muchos! Como hombre
inteligente que fue le recuerdo siempre elegir la sonrisa, el amor y un
buen trozo de jamón antes que el drama y la angustia ante cualquier
conflicto. Qué maravilla ese alma liviana con cuerpo de oso... Qué regalo
esa ironía en positivo siempre, esa ausencia de malicia frente a la
vida... Qué lecciones de ética vital cada vez que te miraba en silencio y
sonriente, invitándote a ser feliz por encima de todas las estúpidas y
prescindibles cosas que lo evitan. Un hombre sabio de verdad en la más
sencilla y simple piel, con el paladar más agradecido a los milagros de
la tierra y el mar.
Todavía recuerdo mi primera caracolada en Barcelona con él. Tras dos
horas, dos visitas a la cocina y tres cacerolas a rebosar para los dos
saqué mi bandera blanca mientras el reía y me decía..."aaayyy.. Benito..
Hacen falta muchos huevos de oro para compartir mi mesa". Desde
entonces a los caracoles solo los puedo ver en los cuentos.
Penélope, Jordi y yo vivimos nuestro primer sueño profesional de su
mano. Y nos cuidó con tanto cariño, respeto, apoyo y criterio que hizo
que ninguno de los tres dudásemos en hacer de esta nuestra profesion.
Nos regaló el placer de soñar despiertos por primera vez, y nos llenó el
corazón de fe, ilusión y amor por nuestro trabajo. A él le debemos el
creer que es posible vivir tu sue?o y la fuerza, la fe para luchar por
él.
Para mí fue como un padre que me llevó de la mano y al que le debo
tantas cosas... Cosas hermosas, buenas, inteligentes.. Como reconocer y
degustar cada sabor que te ofrece la vida por muy amargo que sea para
digerir solo aquello que nos pueda alimentar de verdad, y si es posible
con un buen vino. Mi querido Papa Bigas este plato de hoy me es muy
difícil de tragar, la verdad, no sé cómo hacerlo. Lo mojaré con todo mi
amor, mi respeto, mi admiración y mi eterno agradecimiento por ti. Y te
tendré siempre dentro de mí, alimentándome.
Te quiero mucho. Te agradezco todo. Para siempre mi Papá Bigas."
La película que cambió mi vida por Penélope Cruz
Penélope Cruz en 'Jamón, jamón'
"A lo largo de mi carrera he tenido que hacer muchos cástings, pero hubo uno que me cambió la vida.No sé muy bien qué hacía yo leyendo Las edades de Lulú a los 14 años, pero el caso es que cuando llegó a mis oídos que habría un casting abierto, allí me presenté sin avisar a nadie.
De un cuarto salió un señor con cara de pillo. Se llamaba Bigas Luna,
y yo (a escondidas) ya había visto algunas de sus películas. Lo primero
que Bigas me preguntó fue mi edad. Le dije que tenía 17 años y él,
siempre con mucha dulzura y sin hacerme sentir mal, se rio en mi cara y
me dijo: "Bueno, no podrás hacer esta película pero te llamaré para otra
cuando seas más mayor".
Yo me fui a mi casa pensando que, por supuesto, nunca me llamaría,
pero también contenta por el respeto y cariño con el que este señor con
pinta de osito me había tratado. La gran sorpresa me la llevé casi tres
años más tarde. El teléfono sonó y recibí una llamada que me hizo creer
en los milagros. Bigas se acordaba de mí y quería verme para su
siguiente película. La película que me cambió la vida.
Bigas era un ser realmente especial. Una de las personas más sabias a
la hora de vivir el presente y disfrutar de las cosas pequeñas de la
vida. Cuando estaba con él sentía que se paraba el tiempo. El convertía
todos los momentos en algo especial, original y casi siempre inolvidable
... Una cena, una conversación, un día en el rodaje, un viaje... Su
universo era lo más lejano a la mediocridad.
Me siento muy afortunada de haber pasado tiempo con él y de haber
podido admirar de cerca su talento, su humor, su bondad, su maravillosa
cabeza... Bigas ha sido alguien muy importante para mí. Siempre le estaré
agradecida por muchas cosas y siempre, siempre estará en mi corazón.
Te quiero, amigo Bigas."
Decálogo para la vida por Leonor Watling
Leonor Watling en 'Son de mar'
"Selecciono página en blanco para hablar de Bigas, y se llena de
dibujos de tinta china, de palos y hojas encontrados en la playa y
repletos de sentido cosidos a esta hoja. Selecciono página en blanco
para hablar de lo que yo sé de Bigas Luna, que es muy poco, y aparece su
decálogo para la vida, su manera de cocinar y enredar a cada persona
que rozaba su vida en su red de creatividad y compromiso extremo con el
presente.
Su cine lo verán ustedes, y hablarán de él gentes que se dedican a
ello, yo quiero que quede un rastro suyo en cada gesto de quienes le
conocimos y, si es posible, en quienes no llegaron a tener la suerte de
compartir mesa con él.
El asombro constante, la "infatuación" con cada detalle cotidiano, el
descubrimiento de cualquier música o filosofía, la pasión por las
teorías que explicaban su universo. Reconozco que podía convencerme de
cualquier versión de la realidad que quisiera, porque la contaba con
tanta fe y tanta pasión que era imposible no creerle.
La primera vez que vi a Bigas Luna fue en su reino de Tarragona, la
última vez fue allí también, en su casa, su universo. Las dos veces salí
cargada de verduras, dibujos, títulos de libros que había que leer y
ganas infinitas de ser consciente de cada cosa que tenía y hacía en mi
vida. De poseer (como él poseía) cada minuto de su existencia y cada
objeto que le rodeaba. De ser capaz de reencarnar a sus padres en dos
palmeras que le daban sombra cada día, de sorprenderse con el rumor de
las ramas de los naranjos o el escote de una camarera, de disfrutar de
el diente de ajo o una infusión de anís.
Porque con Bigas nada era genérico, no era Un diente de ajo más, era
El diente de ajo: milagro de la parte por el todo, del sabor de
civilizaciones enteras resumidas en su paladar.
Pintar, tocar, escuchar, grabar, mirar, tallar, plantar, criar,
interpretar, entender, cultivar con una profunda intención de cambiar el
mundo que le rodeaba, de hacerlo mejor, y más divertido. Generoso,
apasionado y curioso.
Me pesa no haber aprovechado más su presencia, me alivia haberle conocido, aligeraba la vida y la embellecía.
Decálogo:
Equilibrio
Medida
Ritmo
Deseo de Dios
Ejercicio
Comida sana
Desear lo que se tiene
Del propio paisaje al invierno estelar
Vivir con lo mínimo necesario
Descansar"