Verguenza ajena

No sienten vergüenza de levantarse cada mañana y con aspecto impecable acudir a sus juzgados hospitales, despachos, colegios sedes o congresos.

No sienten vergüenza de vivir a diario mientras las denuncias consumadas se agolpan en sus conciencias por no haberlas ni tenido en cuenta o fingir tenerlas en proceso. No sienten vergüenza por su ignorancia humana tan atrevida, que siembra fuera de temporada, hambre, soledad, vejaciones, desinterés, muertes anunciadas, conspiración y promesas cuya semilla es la mentira.

No sienten vergüenza ante el extendido cáncer de ceguera que padecen, con sus negligencias médicas o abusos de poder, desde cualquier escalafón social. Chantaje moral y físico, a los ancianos, hombres, mujeres y niños. Al desinterés educativo en los valores de respeto y dignidad de todos y para todos. A la injusticia y el abandono en la desigualdad.

Serian hoy día incapaces de dormir por el miedo de haber perdido sus conciencias a cambio ser más ricos y generar más pobres

No sienten vergüenza porque su careta de cinismo, se las sabe todas para camuflar sus pecados y seguir con su retahíla de falsos cumplimientos. No sienten vergüenza de quedarse dormidos tan desnudos y fríos que ni piensan, que el hombre del saco se los puede llevar cualquier noche, o cualquier mañanaantes de despertar.

No sienten vergüenza, porque la cara del poder es la altiva tiranía de los intocables- a los falsos propulsores de la igualdad.

Tampoco sienten vergüenza los que justifican encubren, apoyan y aplauden a los falsos propulsores de la igualadad.

Todos los gobernantes que prometen velar por la prosperidad y bienestar social de un pueblo o una nación-