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Dos horas después, dejarlo y olvidarlo para siempre. Pero hay otra revolución: la recuperación de la palabra escrita como fórmula de conquista
Internet ha sido la gran revolución para las relaciones sociales. Ayer leía un artículo sobre ello, en el que se ponía de manifiesto que en cualquier disciplina, música, cine ... la red permite que encuentres a alguien con tus mismos gustos, con el que intercambiar conocimientos y opiniones.
Y en el sexo, más. Ha facilitado las relaciones entre gente que hace diez minutos ni se conocía. Permite encontrar pareja sin moverte de la pantalla, en páginas y más páginas que se dedican a eso, en las que, por ejemplo, ahora mismo, hay miles de solteros, casados, viudos o mediopensionistas conectados y chateando entre ellos con el único fin de ligar o encontrar compañía.
En el mismo artículo había una opinión, a mi juicio, muy certera que decía:
La gran revolución es que en una hora puedes estar follando con alguién a quien acabas de conocer. Dos horas después, dejarlo y olvidarlo para siempre. Pero hay otra revolución: la recuperación de la palabra escrita como fórmula de conquista. Al final, lo decepcionante suele ser la cita.