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La presencia de medusas en nuestras costas se convierte en algo habitual sobre todo en la época estival
Los temporales de levante las acercan hasta la orilla, pero este fenómeno natural no puede ser detenido, ya que no depende de la voluntad del hombre.
Las medusas no atacan por placer
Es de sobra conocido que animales acuáticos que pueden producir enfermedades en humanos después de la inoculación de sustancias/venenos. Este es el caso de las medusas, que son transportadas por las corrientes oceánicas y, que son frecuentes en las costas del litoral español, principalmente en el de aguas calientes.
La medusa es un animal invertebrado gelatinoso, perteneciente al orden de los celentéreos. La medusa más frecuente implicada en las picaduras en las costas españolas pertenece al género Physalia. Contiene en su ectodermo (capa más externa) un conjunto de células que utilizan para captar alimento, que producen picazón, las cuales poseen un conjunto de pequeñas cápsulas denominadas nemotoristos, en cuyo interior poseen un líquido tóxico.
Las medusas pueden llegar flotando hasta las mismas playas, y la picadura suele producirse tras el contacto accidental con la medusa o al intentarla coger de forma voluntaria.
Esta picadura produce una gran sensación de dolor y prurito (picor intenso), seguida de una inflamación de la zona afectada, con enrojecimiento del lugar en el que se produjo.
En ocasiones pueden observarse restos de tentáculos adheridos a la piel. Excepcionalmente, el veneno puede provocar una reacción alérgica grave (shock anafiláctico).
Posteriormente pueden aparecer síntomas similares a los producidos por una quemadura. La distribución del veneno por todo el organismo puede conducir a una sensación de opresión torácica, calambres musculares e incluso dificultad respiratoria.
Aparece con cierta frecuencia un cuadro con angustia, agitación, pérdida de apetito, conjuntivitis y en ocasiones dolor de cabeza. Pero, en general, la clínica post-picadura suele ceder en pocas horas.
De manera más rara y en personas especialmente sensibles a estas picaduras, como lactantes, ancianos o personas con graves enfermedades generales, la sintomatología puede ser de mayor gravedad, y cursar con una depresión importante del sistema nervioso central (SNC), convulsiones y algún otro síntoma de importancia, si esto ocurriera se debe trasladar al afectado al hospital o centro de salud más cercano.
Cuando nos pica una medusa hay que neutralizar el veneno con alcohol, vinagre, suero fisiológico o agua salada, pero nunca deberemos usar agua dulce
Nunca deberá tocar ni coger con las manos uno de estos animales si no lleva guantes protectores adecuados, ya que su picadura puede ser peligrosa.
Primeros Auxilios ante la picadura de medusa
Por norma general, las picaduras de medusas no suelen ser graves, aunque siempre hay excepciones, pero si hay algo que caracteriza a estas picaduras es la molestia y el ardor que presentan.
Los síntomas comunes a las picaduras de medusas sin contar con que el paciente sea alérgico o tenga algún tipo de enfermedad que haga variar estos, son: dolor, ardor, inflamación, enrojecimiento y sangrado.
Cuando una medusa nos ha picado, el dolor y picor es inmediato, por lo que los especialistas aconsejan que lo primero que hay que hacer es limpiar la zona afectada por la picadura. Con una toalla gruesa quite todo resto de tentáculos urticantes (que producen comezón o picor), protegerse bien las manos, pues las estructuras urticantes pueden perforar los guantes. Inmovilizar la zona afectada, aplicando compresas calientes.
Hay que neutralizar el veneno con una aplicación continua de alcohol (en cualquier forma, vinagre o suero fisiológico), el agua salada también podría servir, pero nunca deberemos usar agua dulce, ya que podrá romper las células urticantes, sufriendo otra picadura.
Durante 15 minutos aproximadamente deberemos aplicar frío a la zona afectada, pero no aplicar el hielo directamente sobre la picadura, sino cubierto con algún paño o toalla.
Si hay algún resto de tentáculo adherido a nuestra piel, debemos quitarlo, pero nunca con las manos. Utilizaremos unas pinzas.
También se administrará un antihistamínico, para la reacción y un analgésico para el dolor. En mujeres embarazadas, se deberá prestar especial atención a la hora de administrar el antihistamínico.
No hay que frotarse ni con toallas, ni con arena, ni con nada que pueda lastimarnos más.
En cualquier caso, los especialistas indican que si el dolor es muy intenso o el estado de la víctima empeora, deberá acudir a un centro médico de inmediato.