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Plaza Redonda Los domingos son días festivos. De toda la vida. Son días de mudarse y salir a pasear. Los domingos son días de recorrer Valencia y adentrarse en la mágica Plaza Redonda. En la Plaza Redonda los domingos son momentos de fervor, de recibir público de todo tipo, de comprar botones y de vender puntillas. Aunque la esencia de la Plaza no se ha perdido, antes los domingos en Plaza Redonda eran diferentes. Eran los domingos de muchas infancias que ahora pasan por aquel mismo lugar y no lo reconocen.
Sea como sea, hablar de la Plaza Redonda de Valencia es hablar de uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad. Situada en un enclave casi secreto recuerda a alguno de los pasajes mágicos de Harry Potter. Se sitúa en medio del triángulo formado por la Plaza del Ayuntamiento, la Plaza del Mercado y la Plaza de la Reina. Este hecho, junto con que se encuentra a escasos metros del Mercado Central, ha contribuido a que haya mucha afluencia de público y sobre todo de turistas. El acceso principal está en la Calle San Vicente y desemboca en la Plaza de la Reina.
La Plaza como la conocimos anteriormente los que vivimos los domingos de cambio de cromos y de venta de cachorros, fue construida en 1840 por Salvador Escrig. Aunque su primera idea no era llamarla Plaza Redonda, recibió tal nombre porque su planta era un círculo perfecto. Poco a poco se fue remodelando, ya en 1850 se añadieron ocho árboles que recorrían la Plaza de forma circular y el centro de este enclave se coronó con una fuente de ocho grifos. Al principio la Plaza sólo recibía mercados ambulantes, aunque ya para el siglo XX había puestos fijos que vendían desde hilos hasta víveres. Progresivamente, se fueron realizando algunos cambios como la remodelación de las fachadas que rompían con la estética homogénea que presentaba la Plaza Redonda al principio de sus tiempos.
En 2007, el paso del tiempo había hecho mella en la madera de los puestos y de los balcones. Los millones de visitantes que se habían acercado habían podido escuchar el crujido de las puertas y la oxidación de las juntas. Con el objetivo de mejorar este emblema valenciano se decidió hacer una reforma que en parte ayudó al lugar pero en parte lo desvirtuó. Está más limpia, moderna y aseada, pero ha perdido el aspecto vintage que la caracterizaba.
Eso sí, la esencia de las tiendas no se ha perdido. Los puestos que ocupan la Plaza Redonda se dedican a vender puntillas, encajes y botones como antiguamente ya lo hacían. Además, también sigue allí la conocidísima tienda la Casa de los Botijos. Aunque cabe añadir que estos comercios tienen unos nuevos vecinos: las casa de souvenirs para los turistas.
El horario actual de los comercios de la Plaza Redonda es de lunes a sábado de 10:00 de la mañana a 20:00 de la tarde. Los domingos y festivos hay mercado extraordinarios y su horario es de 8:00 a 14:00 horas. A pesar de su cambio, la Plaza Redonda sigue siendo un maravilloso lugar que visitar, en especial los domingos. Los domingos vuelve ser aquella plaza llena de vida, de color y de muchedumbre que recordamos con melancolía los que la vimos brillar en todo su esplendor.