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Creo que a día de hoy será muy poca la gente que no conozca la protesta de un empresario de la construcción, que ha permanecido 18 días subido a 40 metros de altitud en una grúa de la obra de un aparcamiento público de Pozuelo.
El empresario reclama la deuda de 140.000 euros que la empresa Ploder, concesionaria de la obra municipal, debe a su empresa a pesar de que ha cobrado del ayuntamiento.
El motivo de que se vuelva a hablar de esto, ya que los informativos suelen olvidarse de estos casos después de dar la noticia, es que ha bajado de la grúa ya que es inminente que su mujer de a luz. Mientras, un trabajador de la empresa que se unió a la protesta, será el encargado de proseguir con ella hasta que David Cediel se vuelva a subir a la grúa.
El motivo de escribir sobre este tema, además de mostrar mi apoyo al empresario y reconocer la valentía y el coraje que tiene permanecer en una situación inimaginable durante 18 días, es denunciar la postura miserable, ruin e inhumana, del máximo responsable de la empresa morosa Ploder. Durante la ola de frio pasada y al saber que le habían subido un hornillo eléctrico para que David y su empleado se calentaran, este desgraciado ordenó cortar la corriente, me imagino que con el fin de que se acabase su problema con la muerte de David y su empleado.
Desde luego no me cabe en la cabeza pensar otra cosa, ya que tal medida demuestra que el personaje en cuestión está muy lejos de ser calificado como humano, dejando claro que tipo de individuo es el responsable de la empresa Ploder, sin lugar a dudas una empresa que no debería volver a ser contratada por nadie, y menos por ningún organismo o institución pública.