Cuando un club queda cuarto por primera vez en su historia todo va bien. El Málaga vive en una calma chicha desde que acabó la presente temporada y a menos de 10 días de volver al trabajo, los cambios merodean. La tranquilidad está próxima a saltar en pedazos.

La Eurocopa a punto de echar el telón, los principales equipos del continente cerrando sus primeros fichajes y el Málaga a la expectativa. Pero la tormenta de acciones va más allá de las caras nuevas. El Málaga espera a Ghubn para que se aceleren algunos de los aspectos de funcionamiento económico del club mientras la planificación para afrontar la Champions sigue adelante.El próximo mes, los blanquiazules deben afrontar importantes pagos para la vida diaria del equipo y también empezar a despejar la incógnita que mantiene hipotecadas las llegadas a la avenida de Martiricos.

Esta vez no estarán todas las caras nuevas cuando El Ingeniero comience a dar órdenes, pero tampoco dilatarán su llegada en exceso. En pocos días, el Málaga generará un revuelo similar al del año pasado con la diferencia de que lo hará en primera persona y no por terceros como hasta ahora, y de que habrá menos fichajes.

Antonio Fernández sigue peinando el mercado, tiene a tiro varios candidatos, a falta de que puedan encajar con las piezas principales del nuevo Málaga. Las salidas tienen un cariz distinto. Mientras Apoño recolecta ofertas ajenas al Zaragoza con un ojo puesto en la capital maña, Sandro Silva sigue en el ojo del huracán en Brasil aunque ninguno de sus pretendientes llega al precio que el club quiere obtener por él. Junto a ellos, hasta cinco jugadores más tienen que buscar acomodos con ventas y cesiones. La marabunta se acerca a La Rosaleda y el final de la Eurocopa marcará un nuevo escenario en el que los blanquiazules deben nadar contracorriente. La lista de nombres es casi infinita, la de contactados es amplia, la de elegidos es muy pequeña y está a punto de desvelarse. Fuente:Marca