La organización de actos oficiales, por muy ingeniosos que estos sean, parece captar en los políticos más atención de la deseada por los votantes.

El domingo 9 de mayo de 2010 se celebraba en Madrid el Día de Europa, para lo cual estaban preparados una serie de actos y conciertos musicales varios. Entre los actos se iba a proceder a la izada de una bandera europea permanente en la Glorieta de San Vicente.

Para la celebración de tan singular evento, pues se trata de la primera bandera europea permanente ubicada fuera de edificios oficiales en Europa, a alguien se le ocurrió la idea de invitar a alumnos de distintos colegios europeos en Madrid, para juntar entre ellos una orquesta con la que amenizar la citada izada de bandera.

Dicho y hecho, con más de un mes de antelación se ponen manos a la obra estos jóvenes artistas de la British Council School Orchestra, Orchester der Deutschen Schule Madrid, Orchestre du Lycée Français y la Joven Orquesta de la Asociación Cultural Enrique Purcell de Pozuelo de Alarcón para juntar a más de 70 jóvenes músicos (entre 11 y 17 años) bajo las batutas de los respectivos directores de las orquestas, todo ello coordinado por Mr. Timothy Jones.

Llegado el día de marras resulta que la orquesta formada en exclusiva para el citado evento no puede tocar en la Glorieta de San Vicente, se la llevan al otro lado del río Manzanares, cruzando el Puente del Rey, por “cuestiones de seguridad”. En algún momento indeterminado, alrededor de las 11 de la mañana, la orquesta inicia su actuación sin que haya llegado ninguna autoridad a la zona, únicamente los padres de los artistas formaban el público, con algún que otro deportista que iba camino de la Casa de Campo para ejercitar sus músculos y pude reconocer a un parlamentario europeo, Enrique Guerrero Salom, entre el escaso público asistente y, por supuesto, sin previa presentación, vaya, que pasó totalmente desapercibido.

La orquesta formada en exclusiva para el citado evento no puede tocar en la Glorieta de San Vicente por "razones de seguridad"

Tal y como empezó, terminó la actuación, a la que siguió una pequeña tromba de agua para animar a recoger rápidamente los instrumentos y salir por piernas. Camino de nuestros respectivos medios de transporte, nos cruzamos con distintas personalidades que acudían a la celebración anunciada, embajadores, diputados y el Alcalde que llegaba y quedaba a la espera del Sr. Ministro de exteriores que presidiría el acto. Más de la mitad de los músicos habían desaparecido, a los chavales que aún pudieron ver por la zona, les corrieron a avisar para que entraran en la zona restringida al acto.

Al final, la bandera se izó con el himno europeo previsto, pero no el de la orquesta sino de banda militar. Se perdieron una buena interpretación, pero he de suponer que ni Moratinos ni Gallardón tenían interés salvo por como quedaría su imagen en las noticias del día. Por cierto que Moratinos hizo alusión a su “atletismo” confiando en que el Atlético de Madrid gane las dos finales a las que acudirá, mientras que Gallardón hizo mutis por el foro.

Beethoven, Dvorak, Warlock, Adams, Nyman y música tradicional inglesa fueron el repertorio sin protagonistas de la política, posiblemente sea mejor no mezclar la música con los políticos.

Gracias a los directores Rafa Villanueva, Hilary Fielding, Hildegard Burr-Siewert, Adriana Tanus Molina y Pavel Crisan y por supuesto a Timothy Jones por la organización de la orquesta conjunta.