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Un tribunal ha prohibido a un ciudadano británico del condado de Cheshire tener perros durante 10 años por su incapacidad de cuidar adecuadamente a su dálmata Barney, al que engordó de manera desproporcionada
La policía recibió las primeras alertas sobre la condición de Barney en llamadas de vecinos en junio de 2007, y visitaron el domicilio en Macclesfield, Cheshire, a fin de verificar el estado del dálmata y hacer recomendaciones para su alimentación.
Green ya había sido advertido sobre la dieta del perro, pero fracasó en mantener la pérdida de peso del animal y su condición empeoró hasta convertirse en un sobrepeso peligroso, consideró la corte al emitir su dictamen.
El abogado que defendió al ahora condenado aseguró que el señor Green no trataba a Barney como a un perro sino como a un amigo. "Cuando Green se comía un paquete de chips, le daba otro a Barney", explicó.
En tres meses el perro adquirió un tamaño tres veces superior al normal en su raza
Como resultado de esa amistad, en tres meses el perro adquirió un tamaño tres veces superior al normal en su raza (dálmata), y cuando los inspectores de la Real Sociedad contra el Trato Cruel a los Animales (RSPCA) recibieron información sobre el perro y llegaron a la casa de Green, Barney, de ocho años de edad, pesaba cerca de 70 kilogramos y tenía dificultades para andar.
Alimentación excesiva de las mascotas
El propio Green reconoció que compartía con su dálmata todo cuanto comía, incluidos dulces y chocolate. Finalmente, y gracias a una estricta dieta a que fue sometido, Barney adelgazó ostensiblemente, y actualmente pesa sólo 25 kilogramos.
Según un estudio realizado por médicos veterinarios del Reino Unido, los británicos miman demasiado a sus mascotas, por lo que casi la mitad de sus perros y gatos sufren obesidad y enfermedades derivadas.