El presidente de Cataluña, Carles Puigdemont, aseguró este viernes ante la prensa internacional que su Ejecutivo está trabajando silenciosamente para construir un Estado independiente.

"Es tiempo de trabajar y de hacer muy poco ruido. Las cosas se están haciendo y se están haciendo bien. Vamos a llegar al final de esta legislatura habiendo hecho los deberes", afirmó en un encuentro en Barcelona.

Sustituto de última hora del expresidente Artur Mas, que se apartó para facilitar un acuerdo entre independentistas, Puigdemont y su Ejecutivo tomaron el cargo en enero con la promesa de llevar a Cataluña a las puertas de la independencia en tan sólo 18 meses.

Esto pasaba por crear toda la administración necesaria para asumir las competencias de un Estado (hacienda pública, Seguridad Social, banco central) pero hasta el momento los pasos dados son escasos, lo que ha suscitado incluso recelos de los independentistas más radicales.

"Si alguien piensa que como no se oye demasiado ruido, no estamos haciendo nada, se va a sorprender. Lo vengo advirtiendo siempre, nosotros vamos avanzando" hacia la independencia, aseguró, pero "siempre dispuestos a que el Estado español nos formule alguna propuesta".

Pese a tener una trayectoria política más marcadamente independentista que su predecesor, Puigdemont está mostrando un tono más moderado que Mas, cuyas decisiones -como la organización en 2014 de una votación simbólica sobre la independencia prohibida por el Gobierno central- provocaron que el Gobierno español lo llevara a él y otros miembros de su Ejecutivo ante la justicia.

Puigdemont, que esta semana se reunió con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y anteriormente con el resto de líderes políticos españoles, insistió en la necesidad de lograr que se autorice un referéndum sobre la independencia de Cataluña, rechazado por casi todos los partidos.

"Les he dicho a todos que la imagen de España saldría reforzada a nivel internacional si acordara con Cataluña la celebración de un referéndum, como se hizo en Escocia" en 2014, afirmó. "Si hubiera algún líder español dispuesto a asumir este reto histórico (...), nosotros lo ayudaríamos", añadió.

Apoyado por una mayoría absoluta independentista en el Parlamento catalán, el Ejecutivo de Puigdemont debe preparar las estructuras necesarias para crear un Estado y convocar entonces elecciones constituyentes, que den fruto a una cámara encargada de redactar la constitución del nuevo país.

Según el plan separatista, si los catalanes aprueban esta constitución en referéndum, podrán proclamar inmediatamente una república catalana independiente.