A todos nos gustaría que en el caso de que tuviésemos un accidente, nuestras aseguradoras nos proporcionaran la mejor de las coberturas. El seguro a todo riesgo es sin duda alguna la opción que mayores servicios presta a los asegurados. De hecho, es el único que incluye daños propios, robos, incendios, defensa en multas, etc. frente al seguro a terceros que es la póliza básica de cualquier aseguradora.

Las corredurías de seguros, al igual que los comerciantes y los banqueros, también tienen sus propias políticas empresariales y son ellas las que deben gestionar tu póliza, escuchar tus necesidades para luego aconsejarte sobre la rentabilidad de cada uno de ellos, haciendo hincapié en aquellos que más se ajusten a lo que buscas.

Las corredurías de seguros son las que deben escuchar tus necesidades y aconsejarte sobre la rentabilidad de cada uno de ellos

A pesar de que el seguro a todo riesgo es el que mayor cobertura presenta, el de terceros sigue siendo la póliza por antonomasia entre los conductores de coches de segunda mano, que creen que invertir más dinero en un coche que no es de paquete viene siendo un desperdicio. Pero, si invertimos una cantidad considerable en un coche segunda mano que sabemos que va a acompañarnos durante un largo recorrido de tiempo, ¿no sería también rentable gastarnos dinero en un seguro que cubra al menos el mismo servicio por el que hemos pagado? Porque, si al cabo de un corto periodo de tiempo desde que compramos nuestro coche segundamano tenemos un siniestro y el coche resulta con Grandes Daños que un seguro a terceros no cubre y que encima no podemos reparar por falta de recursos, ¿quién vela por tu nueva adquisición y por ti? Desde luego, una póliza a terceros no.