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El Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB) inaugura hoy la exposición Quinquis de los 80. Cine, prensa y calle. La muestra, comisariada por Amanda Cuesta y Mery Cuesta, está formada por los montajes audiovisuales de las películas de cine juvenil que se realizaron en España entre 1978 y 1985 y por otros materiales como documentales de la época, recortes de prensa, fotografías, cómics, vinilos, cassettes, pósters, planos urbanísticos...
El cine quinqui está ligado a la prensa sensacionalista de la época y además actúa como reflejo de las transformaciones urbanísitcas, sociales, políticas y económicas que sufrió el país en esta época. El cine creó la imagen de la delincuencia juvenil; el estereotipo de quinqui que todavía hoy pervive en nuestra sociedad.
Cine y recreativos
La exposición plantea un recorrido por nueve espacios y temas diferentes. Así, arranca desde la recreación de una sala de cine de los ochenta donde podemos encontrar fotocromos, pressbooks y carteles que muestran la amplia producción de películas sobre delincuencia juvenil de aquella época.
A través del cine llegamos a la realidad de los barrios, el hogar por excelencia del quinqui. Debido al déficit de vivienda barata durante los años sesenta se desarrollaron planes de urgencia social que desembocaron en un urbanismo de baja calidad, mal comunicado y carente de servicios básicos.
Otro de los grandes espacios está dedicado a los recreativos, símbolo del adolescente de esta época. Esta forma de ocio expresa el nacimiento de una nueva cultura conectando a los jóvenes con la moda, los videojuegos y el consumo capitalista internacional. Ligado a los recreativos encontramos el tema de la calle.
Delincuencia juvenil
En 1976, aunque se alcanzó plena escolarización entre los 6 y los 13 años, existía un 25% de la población de más de 14 años que quedó en la calle sin ninguna ocupación dado que la edad laboral se fijó en los 16 años. Comenzó un periodo de fuerte delincuencia juvenil marcada además por el alto consumo de heroína que les hacía aún más peligrosos.
La prensa sensacionalista se encargó de transmitir a diario todo este tipo de sucesos conviertiendo al delincuente en protagonista y ayudando así a formar la iconización de su figura. Se realizaron numerosas películas que narraban la historia de estos héroes de la marginalidad como El Vaquilla o Navajeros. La muestra dedica una pared a recortes de periódicos que recogen los retratos de centenares de delincuentes en activo de aquel momento.
A partir de fotografías y documentos textuales y audiovisuales podemos apreciar las opciones que el Tribunal Tutelar poseía para resolver el problema. El reformatorio era una de ellas pero la mayoría de los chicos se escapaban, muchas veces debido a los malos tratos que recibían. Otra de las opciones, en el caso de los delincuentes más peligrosos, era el ingreso en la cárcel. Muchos de ellos acababan recluídos en centros para adultos debido a la escasez de plazas destinadas exclusivamente a menores.
Motines y huelgas
Otra sala recoge testimonio fotográfico de los motines y las huelgas que se produjeron en las cárceles españolas para reivindicar la abolición de la legislación represiva y de las instituciones penitenciarias franquistas, la reforma del código penal, la depuración de los funcionarios fascistas o la construcción de cárceles más habitables. Además, en este espacio podemos ver las publicaciones que los propios presos elaboraron en prisión y una pequeña exposición de Roberto Francisco Cuesta que reúne 22 fotografías del interior de la cárcel de Carabanchel después de su desalojo en 1999.
El recorrido termina recordando las vidas de los protagonistas de esta época sin olvidar su final trágico. Una vitrina muestra las biografías de ex-convictos dando testimonio de sus vivencias en prisión. Asimismo, la exposición incluye una reproducción en gran formato del mural Luz y Vida realizado por el pintor Teo Barba en la parroquia de la Alhóndiga de Getafe (Madrid). En la pintura podemos ver a José Luis Manzano, protagonista de películas referenciales del cine quinqui (Navajeros, El Pico), representado como San Juan en la Última Cena. Se trata de una metáfora de la muerte y una mitificación absoluta del quinqui como héroe.
Barcelona. Quinquis de los 80. Cine, prensa y calle. CCCB (Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona).
Hasta el 16 de septiembre de 2009.