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Evolución Humana y Salud Desde un punto de vista evolutivo, el modelo de alimentación más apropiado para el ser humano es el del cazador / recolector
El ser humano pertenece al género Homo, el cual aparece como tal en la Tierra hace 2 millones de años. Se considera que durante este tiempo la alimentación que han seguido nuestros ancestros se ha basado en el modelo cazador/recolector*. Nos hemos alimentado a partir de lo que podíamos recolectar de la naturaleza y de los animales que podíamos cazar sin demasiadas dificultades. Esto nos lleva a una alimentación basada en el consumo de verduras y hortalizas, huevos, pescado y animales pequeños (carne blanca).
* En el contexto evolutivo en el que estamos hablando incluimos la pesca dentro de la caza.
El modelo de alimentación del cazador / recolector es coherente con el aparato digestivo del ser humanoLa alimentación seguida por las sociedades cazadoras / recolectoras es de tipo omnívoro**, lo cual es coherente con el diseño anatómico y funcional del aparato digestivo del ser humano:
** Los animales omnívoros son aquellos que se alimentan tanto de animales como de plantas.
Durante casi 2 millones de años el género Homo ha sobrevivido y evolucionado gracias a la caza / pesca y a la recolección, de forma que los cereales y las legumbres no han formado parte integral de su alimentación. No es hasta hace tan solo 10.000 años que con el inicio de la agricultura el ser humano comienza a ingerir cereales y legumbres en cantidades importantes.
Los cereales contienen lectinas y las legumbres contienen saponinas. Tanto las lectinas como las saponinas son moléculas que interaccionan con la pared del intestino dañándola, tornándola más permeable, y conduciendo a situaciones inflamatorias de bajo grado que acaban haciendo mella en la salud del individuo.
Ancestralmente el ser humano no ha estado en contacto con lectinas y saponinas el tiempo suficiente, como para poder generar estrategias que le permitan contraponerse a los efectos nocivos que estas moléculas tienen sobre el tubo digestivo. Evolutivamente hablando, 10.000 años es muy poco tiempo.
La agricultura ha facilitado que el hombre ingiera cereales y legumbres, en una cantidad y frecuencia muy superior a la que la naturaleza habría permitido de forma espontánea. Ingerir una pequeña cantidad de cereales y legumbres una vez a la semana no debería ser un problema. El problema aparece cuando el ser humano "logra" domesticar a la naturaleza haciendo entonces un uso masivo y cotidiano de estos alimentos.
La leche de origen animal no forma parte del modelo de alimentación del cazador/recolectorTanto el ser humano, Homo sapiens, como sus precursores únicamente han consumido un tipo de leche, la materna, y solamente durante la primera infancia. El consumo de leche de otras especies se inicia con el desarrollo de la ganadería hace aproximadamente 9.000 años, si bien en Europa la domesticación de animales lecheros se remonta a tan solo 5.000 años atrás.
Existen múltiples razones por las cuales la leche procedente de otros animales no es adecuada para el consumo humano. La absorción de hierro es 10 veces menor, quedando restos de este mineral en el intestino facilitando el sobrecrecimiento de gérmenes patógenos. Más allá de este ejemplo, la simple observación de la naturaleza denota que ningún animal salvaje continúa tomando leche después del destete, ni tampoco se alimenta de leche procedente de otra especie. Tan solo el ser humano, y algunos animales domésticos, transgreden estas dos reglas.
Si bien el modelo alimentario del cazador / recolector parece ser el más apropiado para el ser humano, es conveniente mantenerse flexible y abierto a otras posibilidades.
Los modelos alimentarios deben ser contemplados como tales, como modelos y no como verdades absolutas, y ser utilizados con respeto y sentido común.