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La evolución del homínido probablemente se haya debido, entre otros muchos factores, al descubrimiento de las técnicas de hacer fuego y su conservación, lo que le llevaron a una mejor alimentación y a una situación de confort que facilitaba sus condiciones de vida
La evolución del homínido probablemente se haya debido, entre otros muchos factores, al descubrimiento de las técnicas de hacer fuego y su conservación, lo que le llevaron a una mejor alimentación y a una situación de confort que facilitaba sus condiciones de vida.
La mejor alimentación facilitó enormemente el desarrollo de su cerebro y las aplicaciones prácticas de sus habilidades, mejorando la destreza, la capacidad de conocimiento y la memoria.
La luz del fuego le permitía diferenciarse del resto de los seres vivos y protegerse de sus depredadores, otorgándole el papel de ser vivo avanzado, capaz de dominar a corto plazo al resto de las especies animales, se había convertido en un creador de energía.
Una energía que servía para crear y para destruir, pero que sólo él sabía manipular a su voluntad, encendiéndola y apagándola con sus propias manos.
Había adquirido por tanto un poder superior al de la simple fuerza del resto de los animales y había descubierto uno los principios básicos de la ciencia, la mecánica, la física y la biología: la energía ni se crea ni se destruye, se transforma.
Había observado el fuego producido por los rayos, había descubierto que rozando dos piedras podía producir el mismo efecto y en consecuencia la energía se transformaba en fuego.
Fuego que le serviría para calentar sus cuevas, cocinar los alimentos, alumbrarse en la noche y ahuyentar a sus enemigos y depredadores.
Eso le convertiría en un ser hábil, transformador, revolucionario y le llevaría a abrirse paso entre todas las especies domesticando a unas y dominando a otras, hasta ponerlas a su servicio.
El hombre es el resultado de millones de años de evolución
La mejor alimentación facilitó el desarrollo y crecimiento de su cerebro, mejoró las condiciones para su vida gregaria y la ampliación del número de grupos familiares que garantizarían la supervivencia de su especie hasta la segunda gran revolución que le convertiría en agricultor, permitiéndole almacenar alimentos, diversificar su dieta y garantizar su subsistencia en períodos críticos.
El fuego, pasa así a lo largo de los siglos posteriores, a formar parte de la mitología y de la cultura de los hombres, adquiriendo muy diversos significados que ha sido interpretados por múltiples autores, dando pie a fábulas, supersticiones e incluso vinculaciones con su origen divino, llegando a atribuirlo a una revelación de los dioses.
Desde Prometeo hasta la interpretación de los sueños de Sigmund Freud, muchos autores y grupos sociales y religiosos ha especulado sobre el fuego a lo largo de más de 2.000 años de existencia de la escritura, en ese otro paralelismo que es el oscurantismo, el temor a lo desconocido alimentado por la ignorancia.
El siguiente paso sería el descubrimiento de la rueda, dando paso probablemente a la primera revolución tecnológica del planeta.
Pero una especie entre los seres vivos había alcanzado un nivel superior, el pensamiento y en consecuencia la palabra y con la palabra la trasmisión del pensamiento.
Después se inventaría dioses, mitos y leyendas para calmar sus dudas, sus temores y justificar lo que le quedaba por conocer, saber y entender.
Aún no sabía de la existencia del universo.
@ordosgonzalo
gonzalo alvarez-lago garcia-teixeiro