¿Quieres recibir una notificación por email cada vez que Esopinion.com escriba una noticia?
El Lunes 74 salas de multicines echarán el cierre "para escenificar" lo que pasará si se aprueba la ley del cine catalán
Camilo Tarrazón, presidente del Gremio de Empresarios de Cines de Cataluña, que representa al 81% de las salas, afirma que "No nos vamos a cansar de repetirlo, la ley es una sentencia de muerte para el sector".
Un estudio económico que vaticina la pérdida de más de 16 millones de espectadores, es decir, el 80% del total.
"Para las majors norteamericanas, el mercado catalán apenas supone un 1% de sus ingresos, así que no se van a complicar la vida, lo que harán será dejar de distribuir películas en Cataluña y el único que perderá será el espectador".
El colectivo pondrá en marcha campañas informativas "con el único fin de que tantos los espectadores como los parlamentarios que deberán aprobar la ley se enteren de que los están en juego es muy serio".
Para las majors norteamericanas, el mercado catalán apenas supone un 1% de sus ingresos, así que no se van a complicar la vida
El fin es frenar el polémico anteproyecto que obligará a doblar al catalán la mitad de todas las películas que se distribuyan en Cataluña y a exponerse a sanciones que van de los 4.000 a los 75.000 euros a aquellos que incumplan las cuotas. Una medida que el diario suizo Tages Anzeiger comparaba esta semana con la imposición franquista del castellano.
Según este rotativo la ley del cine catalán tiene como principal precedente la ley que aprobó el gobierno franquista en 1941 "los nacionalistas catalanes están obsesionados con la normalización lingüística pese a que en Cataluña la mayor parte de la población es bilingüe".
La imposición del catalán que se está haciendo en Cataluña, es más que preocupante. Una política que coarta los derechos fundamentales de la sociedad a base de multas. Lo único que diferencia esta política a la de Franco, es que en este caso no se va a la cárcel, pocas diferencias más podemos encontrar. Pero que se puede esperar de una región donde importa más la lengua que los ciudadanos.